Por: María del Carmen Jiménez
Grandes repercusiones para las familias en Colombia han dejado los feminicidios: cientos de niños y niñas en situación de orfandad, falta de un proceso para su reparación, carencia de una política pública exclusiva para la atención de esta población. Si bien desde el 2015 el feminicidio fue considerado como delito, lo cual permitió visibilizar y reconocer a la mujer víctima de la violencia patriarcal, aún no se concretan medidas transversales para prevenirlo.
En nuestras sociedades existe una construcción patriarcal del amor donde no solo lo romántico constituye un aspecto central, sino la posesión, los celos del hombre que detenta el poder en la relación amorosa y se convierte en dueño del cuerpo y la vida de su pareja.
Esa es la cara oculta, la zona oscura del amor que según la psicóloga Esperanza Bosch, a veces tiene una relación íntima con la muerte, porque utiliza el amor como coartada de los mayores crímenes y atropellos a los derechos humanos, bajo cuyo paraguas se han justificado, abusos, humillaciones, torturas, golpes, asesinatos e insultos de todo tipo.
Aunque en Colombia no hay cifras oficiales de feminicidios y menos de quienes quedan huérfanos por esos crímenes, el Observatorio de feminicidios da cuenta que en la última década, al menos 23000 niños y niñas han perdido a sus madres por esa violencia y quedado en total desamparo.
Por ello, el Proyecto de Ley radicado y gestionado por las Representantes a la Cámara, Carolina Giraldo, Alexandra Vásquez y Juliana Aray , que protege a estos huérfanos, víctimas y que después de largo trámite legislativo el Congreso de la República aprobó; se constituye en una ruta específica para la atención, reparación , reintegración y una esperanza de amparo para esta población.
El articulado de esta Ley, próxima a ser sancionada por el Presidente, establece que estos niños, niñas y adolescentes tendrán un acceso preferencial a programas de atención psicosocial, de educación, de salud mental, de manejo del duelo y una asistencia económica periódica. Igualmente, plantea la creación de un Registro Nacional de Huérfanos por Feminicidio y una estrategia de intervención estatal para su protección integral. El diseño, la implementación y el seguimiento quedarán a cargo del ICBF, la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, los Ministerios del Interior, Justicia e Igualdad y de la Fiscalía.
Este es un paso significativo en la lucha contra las secuelas del feminicidio, problemática devastadora e históricamente desatendida por el Estado.








