Después de cuatro sesiones del sínodo cardenalicio, se logró el consenso para el elegir el 267 Papa de la Historia, al cardenal Chicago nacionalizado en el Perú Robert Francis Prevost, quien escogió el nombre de León XIV para asumir el pontificado del mundo católico. Se desempeñaba como Prefecto del Dicasterio Vaticano para los obispos designado por Francisco 1 quien falleció el mes anterior. El nuevo papa León XIV hace parte de la Orden de San Agustín, o también conocida como los agustinos. El cardenal protodiácono, medio estadounidense, medio latino, nació en Chicago, de padres de origen francés y español; ha pasado 40 años en Perú, donde ha sido obispo. Por tal motivo tiene una gran ascendencia suramericana.
De 69 años, carácter tranquilo y humilde, es de los pocos a los que Francisco señaló de alguna manera, al nombrarle por sorpresa en 2023 jefe del potente dicasterio para los obispos, un cargo en el que ha tenido contacto con todos los continentes. Por décadas ha servido a Dios en el vecino país y conoce a fondo el corazón de Latinoamérica. Es migrante, como millones de personas en el mundo. Por este motivo, su historia ha cruzado fronteras, idiomas y diversas culturas. Su elección envía un mensaje de esperanza a todas esas personas que han tenido que dejar su propio terruño. Su conexión con América Latina es real y profunda. Además de servir por más de dos décadas en misiones, parroquias y comunidades, especialmente las que viven en zonas humildes, lo cual le permitió ganarse el corazón y el cariño de todos los pueblos donde se entregó con humildad y mucha confraternidad católica.
León XIV tiene grandes desafíos para dirigir a la iglesia católica; tendrá que afrontar varias cuestiones que dejó abiertas el anterior pontífice argentino, entre esos:la unidad, las finanzas, abusos sexuales, partición de las mujeres, comunidad LGTBIQ, relación China y Estados Unidos y los diferentes conflictos armados que existen en el mundo. Se espera que sea un aliado para buscar recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo colombiano, que se encuentra en cuidados intensivos, por la coyuntura política que toda la sociedad colombiana la conoce. En su primer discurso ante más de 50 mil espectadores que se apostaron en la Plaza de Sampedro, expresó su gratitud a su predecesor y abogó por la paz, la inclusión y la justicia social. Hizo un llamado a la unidad y destacó la necesidad de construir puentes mediante el diálogo. También enfrenta desafíos significativos, incluyendo la gestión de las tensiones internas dentro de la iglesia, la respuestaa los conflictos del mundo y la adaptación de la institución a el mundo globalizado que se encuentra en constante cambio. Ha sido felicitado por todos los primeros mandatarios del mundo, inclusive por el presidente Donald Trump.
