Es el llamado que hacen desde la CUT debido a los diferentes casos de hostigamiento y persecución que han sentido algunos trabajadores del sindicato cuando realizan su labor en zonas apartadas del departamento.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Leidy Catalina Durán Vásquez
El departamento del Huila enfrenta una compleja realidad en materia de seguridad a los diferentes gremios de trabajo, donde los riesgos laborales tradicionales conviven con amenazas a la integridad de los trabajadores, líderes sociales y miembros de comunidades vinculadas al empleo, especialmente en zonas rurales y sectores vulnerables.
Aunque no siempre existen estadísticas específicas que desagreguen amenazas laborales para todos los trabajadores, hay evidencia fuerte de que maestros, líderes sindicales, reincorporados, gremio de la salud y trabajadores vinculados al sector agrícola y comunal están siendo objeto de intimidaciones, hostigamientos y amenazas de distinta naturaleza, sobre en zona rural del Huila.
Pola Mendieta, del departamento de Derechos Humanos de la Central Unitaria de Trabajadores CUT Huila hace un panorama sobre como desde la entidad sindical han conocido casos donde los trabajadores hacen sido víctimas directa e indirectamente de grupos al margen de la ley que han atentado contra trabajadores de diferentes gremios.
“Desde el Departamento de Derechos Humanos de la Central Unitaria de Trabajadores CUT subdirectiva Huila, no tenemos cifras oficiales que nos puedan dar como una luz mucho más clara frente a la situación de amenazas hacia los trabajadores y trabajadoras del departamento, pero sí hemos conocido casos de varios trabajadores de los distintos gremios que han sido afectados de alguna u otra manera, tanto en la prestación del servicio que realizan los trabajadores a la comunidad como en el desarrollo de su trabajo”, enfatizó Mendieta.
De acuerdo con la líder sindical, estas afectaciones se han enfocado o se han recrudecido aún más en el occidente del departamento del Huila y en zona rural del municipio de Neiva, donde estos trabajadores a los que han sido azotados por la violencia en el marco del conflicto armado, se destacan los trabajadores de la salud, los trabajadores del Sena y los trabajadores de la Electrificadora.
“Este es el panorama que nosotros tenemos, sin desconocer toda la situación del campesinado, del trabajo en el campo, del trabajo rural y el trabajo agropecuario que se ve sumamente afectado por el tema de violencia en los territorios, son ellos, la población campesina, quienes han venido presentando todas estas situaciones y obviamente se vienen afectando de manera directa por la violencia en los territorios, desplazándose a las cabeceras urbanas tanto en La Plata como en los diferentes municipios y obviamente a Neiva que es un receptor de la población desplazada por la violencia”, dijo el enlace de Derechos Humanos de la Central Unitaria de Trabajadores CUT, Huila.
Ataque a la misión medica
En octubre de 2025, nueve integrantes de una misión médica fueron secuestrados en zona rural de La Plata, Huila, mientras se dirigían a prestar servicios de salud a comunidades vulnerables. El secuestro fue atribuido a las disidencias de las FARC, específicamente la estructura Hernando González Acosta. Los miembros del equipo, pertenecientes a la ESE San Sebastián, fueron liberados horas después sanos y salvos.
Sin embargo, esta es una de las acciones que entorpece la labor de los trabajadores de la salud, quienes a raíz de este hecho temer por ir a prestar sus servicios a zona rural de los municipios, por la poca garantía de seguridad que hay.
“Ya entre los trabajadores y trabajadoras del departamento han sido blancos de amenazas y de acciones que atentan contra su dignidad los compañeros del sistema de salud, siendo la más reciente y recordada y que tuvo bastante cubrimiento en medios, la unidad médica que fue secuestrada por más de 24 horas en el municipio de La Plata, desplazándose a zona rural a una brigada, fueron retenidos por grupos armados al margen de la ley y afectando a médicos, enfermeras, administrativos, conductores de las ambulancias, lo cual generó un daño enorme a las comunidades rurales a las cuales acceder a un sistema de salud es mucho más difícil y ahora que se busca llegar a las comunidades para ofrecerle la salud a la gente desde sus lugares de vivienda, pues se hace imposible cuando las unidades médicas ya no pueden desplazarse con tranquilidad porque los grupos armados no están respetando el derecho internacional humanitario”, precisó Mendieta.
Los docentes, otro blanco de amenazas
La situación de orden público en el departamento del Huila continúa dejando graves secuelas en la vida de los ciudadanos. Una de las poblaciones más alarmantes, aunque poco visibilizadas, es la de los docentes que, en cumplimiento de su deber, se convierten en blanco de amenazas, extorsiones y desplazamientos forzados por parte de grupos armados ilegales.
La situación de seguridad en esta región es inquietante, el pasado mes de mayo del presente año se conoció sobre la noticia de desplazamiento masivo de cinco docentes del municipio de Colombia; entre estos el rector, quienes a través de panfletos fueron intimidados y obligados a salir desplazados del territorio, al parecer por parte de grupos armados que delinquen en la zona.
“Vemos como siguen sin desconocer al magisterio que es el grupo de trabajadores más amenazados en el departamento, siguen entrando a las escuelas, reclutando niños en los salones de clase en las comunidades, a los niños jóvenes de las comunidades, pero también a la misión médica y entre esos trabajadores y trabajadoras de la salud”, indicó la líder sindical.
A su vez expresó que esta situación también está afectando a los trabajadores de la electrificadora del departamento del Huila, a los empleados del Sena y afiliados a las organizaciones sindicales como SINDESENA, ANTHOC, Y ADIH, que son los sindicatos más afectados en el marco del conflicto del recrudecimiento de la violencia en los territorios.
“En cuanto a los compañeros de la electrificadora y los compañeros del SENA, hemos recibido reportes que los retienen en las vías públicas, les quitan los carros y los vehículos que están al servicio de los trabajadores para poder llegar hasta la última vereda a ofrecer el servicio de energía en caso de los compañeros de la electrificadora y en caso de los compañeros los instructores del Sena que les quitan los carros cuando van a ir a hacer formación en las veredas, en los territorios donde se está prestando formación en placa huella, en engorde de pollos, en vivienda rural y eso afecta terriblemente la prestación del servicio educativo donde no llega ninguna universidad, sino que llega el Sena y obviamente estos trabajadores y trabajadoras pues se ven afectados de no poder llegar, de que los amedrantan y los amenazan en el marco de su ejercicio”, dio a conocer Pola Mendieta.
En esa misma línea como Central Unitaria de Trabajadores CUT Huila, rechazan estos actos, los cuales indican que seguirán denunciando a medida que se vayan conociendo con el propósito de que las autoridades actúen como se debe y erradiquen esta problemática que, pese a que no se conocen de cifras, son cientos los trabajadores que se han visto con temor y amedrentados al momento de ejercer su labor en ciertas zonas del departamento del Huila.
“Seguimos denunciando esta violación al derecho internacional humanitario, seguimos pidiéndole a los grupos armados que saquen y que excluyan a la población civil del conflicto, que se respeten las misiones médicas, que se respeten las escuelas como lugares consagrados por la Constitución en la cuales son territorios de paz y no pueden ser parte del conflicto armado y seguimos avanzando en la organización del trabajo en el campo para que podamos de alguna u otra manera en la medida en que se organicen los y las trabajadoras, pues poder apuntarle a la organización el campesinado para poder mitigar un poco los efectos de la violencia”, concluyó el enlace del departamento de Derechos Humanos de la Central Unitaria de Trabajadores CUT Huila.
Conclusiones
El panorama de seguridad para los trabajadores del Huila muestra que los riesgos no se limitan a los accidentes o enfermedades laborales tradicionales, sino que hoy también incluyen amenazas, intimidaciones y coacción por motivos laborales, sindicales o comunitarios. Esta dimensión pone en evidencia que la protección del trabajador debe entenderse de manera integral, incluyendo no solo condiciones de trabajo seguras en términos físicos, sino también un entorno laboral libre de violencia, presión y riesgo para la integridad personal.
Para que el Huila avance hacia un desarrollo sostenible con empleo digno, es imperativo que se aborden las amenazas como parte de la agenda laboral. Solo así podrá garantizarse que el trabajo no solo sea fuente de sustento, sino también de seguridad, dignidad y tranquilidad para quienes lo ejercen a diario en todas las zonas del departamento, es el llamado que realizan desde la CUT.
