Familias campesinas afectadas por el megaproyecto hidroeléctrico de El Quimbo recibieron 193 hectáreas adicionales de tierra fértil, sumando un total de 1.134 hectáreas destinadas a la producción de alimentos.
Esta entrega, realizada por la Agencia Nacional de Tierras (ANT), hace parte del plan de reparación liderado por el presidente Gustavo Petro Urrego.
La primera entrega de 941 hectáreas se efectuó en septiembre de 2024, tras más de 15 años de espera por parte de las comunidades afectadas. En esta nueva fase, los predios entregados se encuentran en el municipio de Gigante y fueron ofertados voluntariamente por sus propietarios a la ANT, en el marco del programa especial de dotación de tierras que busca reparar los daños provocados por la hidroeléctrica, que inundó cerca de 8.000 hectáreas de las más productivas del centro del Huila.
Lester Fabián Garrido, coordinador de la ANT en el Huila, destacó la relevancia del acto: “Esos que en el pasado utilizaron el Estado para despojar a la gente más humilde, hoy ven desde afuera cómo un Gobierno le entrega de nuevo dignidad a la gente. El movimiento social en Colombia, que es lo que ustedes hoy representan, se hizo Gobierno, y eso implica que las tierras ya no son para las multinacionales o el extractivismo, sino para la vida misma”, afirmó.
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Por su parte, Jennifer Chávarro, representante de los campesinos de Asoquimbo, resaltó el cumplimiento del compromiso por parte del Gobierno: “El director de la Agencia Nacional de Tierras nos dio su palabra, y lo que hoy tenemos aquí es una acción que demuestra que sí es posible que el Estado les cumpla a las comunidades”.
En total, el Gobierno nacional ha adquirido cerca de 5.000 hectáreas en el Huila, de las cuales 3.000 están destinadas a la reparación de los campesinos desplazados por el proyecto hidroeléctrico, fortaleciendo a su vez la Reforma Agraria.
El proyecto hidroeléctrico El Quimbo, construido por la empresa Enel en 2010, fue la mayor obra de la compañía en América Latina, con una inversión cercana a los 1.200 millones de dólares. La construcción de la represa inundó 8.586 hectáreas, acabando con la producción agrícola que generaba más de 32 mil millones de pesos anuales.
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