Tras las honras fúnebres del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, celebradas el miércoles 13 de agosto en Bogotá, un pronunciamiento de Gloria Gaitán, hija del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, abrió un nuevo debate político.
A través de una carta dirigida a Miguel Uribe Londoño, padre del senador asesinado, Gaitán expresó su inconformidad por la decisión de la familia de no permitir la presencia del presidente Gustavo Petro ni de miembros del Gobierno en la velación.
“Me entristece que en un momento que debía unirnos en el dolor y en la reflexión se haya trazado una línea que deja afuera una parte de la ciudadanía”, señaló en su misiva, en la que sostuvo que los honores póstumos debieron incluir a todos los sectores políticos.
En otro aparte, Gaitán afirmó: “Recibí con sorpresa y tristeza la noticia de que tú y tu familia decidieron rechazar la presencia del presidente Gustavo Petro en las ceremonias realizadas en la Catedral Primada de Colombia, en homenaje a tu hijo, Miguel Uribe Turbay”. Para ella, esta determinación constituye un acto de exclusión.
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La dirigente recordó además la relación de amistad que mantiene con Uribe Londoño, pese a las diferencias ideológicas: “Durante muchos años he valorado nuestra amistad, construida a pesar de las diferencias profundas en nuestras convicciones. Tú, identificado con el pensamiento conservador; yo, revolucionaria y gaitanista; no católica, pero sí inspirada en la figura de Jesús como referente moral terrenal”.
En su mensaje final, Gaitán insistió en que la memoria de Uribe Turbay debería servir como un puente para la reconciliación: “Seguimos creyendo en el diálogo, en la confrontación de ideas y en la posibilidad de avanzar hacia una Colombia más justa y equitativa”.
Miguel Uribe Turbay, de 39 años, pertenecía al partido Centro Democrático y era una de sus figuras más visibles. Falleció el pasado lunes, dos meses después de haber resultado gravemente herido en un atentado con arma de fuego, mientras realizaba actividades de campaña para las elecciones presidenciales de 2026.
El sepelio tuvo lugar en el Cementerio Central de Bogotá, tras una misa en la Catedral Primada y una ceremonia de honores militares, a la que asistieron familiares, amigos, simpatizantes y dirigentes políticos.
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