Con récords históricos en la subasta de cafés especiales, reconocimientos a 28 productores y la innovación de los baristas jóvenes, la FICCA 2025 convirtió a Neiva en la vitrina mundial del café huilense, reafirmando al departamento como referente cafetero en Colombia y el mundo.
DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
Neiva fue, durante tres días, el epicentro de una celebración que ratificó el lugar del Huila en el mapa cafetero global. La Quinta Feria Internacional de Café, Cacao y Agroturismo (FICCA 2025) reunió a productores, compradores, catadores, baristas y visitantes en torno a un producto que es orgullo de la región: el café. Entre aromas intensos, competencias y reconocimientos, el evento dejó cifras históricas, momentos memorables y un legado que va mucho más allá de las transacciones comerciales.
El balance es contundente: más de 120.000 dólares se movieron en la subasta de cafés especiales, un caleño se coronó campeón nacional de Cold Brew en Neiva y 28 caficultores huilenses recibieron el tributo del Café de Honor. Pero detrás de esas cifras y nombres hay historias de esfuerzo, de herencia familiar y de innovación que marcaron esta versión de la feria.
Una subasta histórica: cuando cada libra cuenta
El 26 de septiembre la expectativa era evidente. La subasta de cafés especiales, considerada el corazón de la feria, reunía a compradores nacionales e internacionales dispuestos a pujar por los mejores lotes del departamento. El ambiente estaba cargado de emoción: las manos levantadas, las voces de los subastadores, las cifras que subían y el murmullo del público construyeron un clima de tensión y alegría.
La jornada cerró con una cifra que rompió récords: 120.648 dólares en total. El dato más sorprendente vino con la venta del lote producido por Víctor Andrés Ramírez, caficultor de tercera generación de Pitalito. Su Geisha lavado, cultivado en la finca La Fortuna de la vereda Bombonal, alcanzó los 65 dólares por libra, casi duplicando el récord de 35,10 dólares fijado en 2024.
El lote estaba compuesto por 12 cajas de 24 kilos y obtuvo una puntuación de 87,65. Los catadores lo describieron como un café de características espléndidas: notas florales, de limoncillo, naranja y frutas tropicales, con gran balance y contundencia en taza. El comprador fue Faro Coffee Hub, una empresa huilense que, en alianza con Iwana Coffee Rosters en Las Vegas, llevará este grano a consumidores especializados en Estados Unidos.
“Este logro es una motivación enorme para seguir apostándole a la calidad”, dijo Ramírez al finalizar la jornada. Su mensaje fue dirigido especialmente a los jóvenes caficultores: “Hay que aprovechar estos espacios para mostrar nuestros productos y abrir mercados en todo el mundo”.
El segundo lote mejor valorado fue el de José Orlando Ortiz Hidalgo, de la finca El Porvenir, en Neiva. Su caturro chiroso semilavado alcanzó una puntuación de 87,5 y fue adquirido a 45 dólares por libra por la empresa Cuatro Vientos, también de Neiva. La compra rompió un paradigma: durante años, se asumió que solo compradores internacionales estarían dispuestos a pagar precios elevados por cafés de calidad.
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El tercer lugar lo ocupó el café de María Eugenia Rodríguez Ospina, de la finca Betania en Palestina. Su SL-28 lavado, con 86,36 puntos, se subastó a 24 dólares por libra, confirmando que la calidad no se concentra en un solo municipio, sino que se diversifica en todo el departamento.
Los otros 12 lotes alcanzaron precios entre 6 y 23,5 dólares por libra, con destinos tan variados como Indiana, Dubái, Chicago y La Florida. Cada libra representó no solo ingresos adicionales, sino también la validación del esfuerzo de los caficultores que, con paciencia y disciplina, transforman el grano en un producto capaz de competir con los mejores del mundo.
El boom del Cold Brew: la juventud que innova
Si la subasta mostró la solidez del café huilense en mercados internacionales, el Sexto Campeonato Nacional de Cold Brew reveló una faceta distinta: la innovación y la creatividad de una generación de baristas que está transformando la forma de consumir café en Colombia.
El 27 de septiembre, bajo un sol brillante y la calidez de Neiva, diez participantes de distintas ciudades del país se enfrentaron en dos rondas eliminatorias: una preliminar y una final con siete competidores. El escenario fue testigo de mezclas, reducciones de frutas, recetas cuidadas y presentaciones que buscaban sorprender tanto al paladar como a la vista.
El ganador fue Marlon David Agrino, un joven caleño respaldado por La Gaitana Coffee. Durante tres meses se preparó para este momento, buscando cafés de alta calidad, experimentando con frutas y perfeccionando recetas. Su disciplina y creatividad le permitieron destacarse en un certamen que cada año exige más nivel.
“Este premio es fruto de constancia y esfuerzo. A los jóvenes les digo que se enamoren de la cultura del café y participen en estas competencias, porque nos hacen mejores personas y profesionales”, expresó al recibir el galardón.
El segundo lugar fue para Sebastián Gamboa, también de Cali, representante de Balboa Project. El tercero lo ocupó Danilo Lagos, de Bogotá, con Baristas Móvil. Entre los finalistas también se destacó Sebastián Carvajal, de Neiva, con la empresa Cuatro Vientos Cabus, mostrando que el talento local también pisa fuerte en estos escenarios.
El jurado, encabezado por Andrés Elizalde, resaltó la evolución del campeonato: “Los participantes no solo presentaron bebidas frías de gran calidad, sino que construyeron conceptos completos alrededor de ellas. Cada año el nivel crece, y eso habla de un futuro prometedor para esta tendencia en Colombia”.
El Cold Brew, una infusión fría obtenida tras entre 12 y 24 horas de preparación, se ha convertido en una de las bebidas más demandadas en el mundo. Su sabor dulce, baja acidez y versatilidad lo hacen atractivo para un público joven y urbano. En Europa, su consumo crece al doble que el del café caliente, y Colombia no quiere quedarse atrás. El Huila, como anfitrión de este campeonato, ya se posiciona como referente en esta nueva ola.
Café de Honor: un tributo a la constancia
La feria cerró el 28 de septiembre con un acto cargado de simbolismo: la entrega del Café de Honor a 28 caficultores y asociaciones que han dejado huella en el último año. La ceremonia, realizada en el Centro de Convenciones José Eustasio Rivera, reconoció a productores que han destacado en investigación, diversificación de cultivos y programas de exportación.
Entre los homenajeados hubo jóvenes certificados como Q-Grader, mujeres caficultoras y asociaciones que fortalecen la cadena de valor del café en municipios como Acevedo, Gigante y Pitalito. Para ellos, recibir el pergamino y el certificado no fue un simple acto protocolario, sino un reconocimiento a años de esfuerzo, disciplina y amor por el campo.
“Muchas veces el día a día del cafetero no es valorado, y este reconocimiento nos recuerda la importancia de nuestro trabajo”, afirmó Héctor Mauricio Zúñiga, caficultor de Acevedo.
La caficultora Erika Mayerly Pérez Pinzón, de Gigante, destacó la importancia de la certificación Q-Grader: “Ahora podemos evaluar la calidad de nuestros propios cafés y compararnos a nivel internacional. La FICCA impulsa mucho a nuestro sector”.
Por su parte, Marlon Rojas, campeón nacional de catación y caficultor de Pitalito, señaló: “Este reconocimiento nos avala a nivel internacional. Nos sentimos orgullosos porque mostramos al país y al mundo la cantidad de buen café que tiene nuestra tierra”.
El Café de Honor fue también un recordatorio de que detrás de cada libra subastada y de cada bebida innovadora hay caficultores que, con disciplina y resiliencia, sostienen la tradición y al mismo tiempo se atreven a innovar.
Más allá de los números, un legado para el Huila
La FICCA 2025 dejó cifras impresionantes: más de 120.000 dólares en ventas, récords en precios por libra, un campeonato nacional con alto nivel y 28 caficultores reconocidos. Sin embargo, el verdadero impacto de la feria trasciende los números.
Por un lado, consolidó la imagen del Huila como territorio que produce café de calidad excepcional. Por otro, dio visibilidad a jóvenes baristas y productores que están construyendo un futuro innovador. Y, sobre todo, reafirmó que la caficultura huilense no es solo economía: es cultura, identidad y comunidad.
En cada taza servida en Neiva durante esos días se sintetizó un legado: el esfuerzo de las familias campesinas, la pasión de los jóvenes que innovan, el orgullo de una región que se reconoce en su café. La feria terminó, pero el aroma del grano huilense sigue viajando, conquistando mercados y corazones en distintas partes del mundo.
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