Por Sergio Trujillo
Diputado, Asamblea del Huila
En el corazón de cada huilense vibra una alegría que florece en junio: la llegada de nuestras queridas fiestas de San Juan y San Pedro. Este festival, una de las celebraciones culturales más antiguas y emblemáticas del país, no solo enaltece nuestra identidad sino que nos recuerda la riqueza de nuestro folclor, nuestra música, nuestros sabores y nuestras tradiciones.
Este año, la programación del Festival del Bambuco ha sido diseñada con rigor y cariño, integrando a todos los públicos. Desde las tradicionales cabalgatas —ahora con un nuevo orden que busca garantizar el bienestar animal y conservar esta costumbre con responsabilidad— hasta los concursos de música, danza y el esperado regreso del Festival de Orquestas, que retoma fuerza como plataforma para apoyar a nuestros talentos locales.
Celebro que se continúe fortaleciendo el Encuentro de Semilleros del Sanjuanero Huilense, porque allí se cultiva el relevo generacional de nuestra identidad. Y qué decir de la nómina artística de lujo en la Calle del Festival, que este año incluirá artistas locales, nacionales e internacionales. Es una apuesta ambiciosa y contundente para posicionar al Huila como epicentro cultural del sur colombiano.
Estas fiestas no solo son patrimonio del pueblo huilense, sino que representan un motor económico y turístico de primer nivel. Es por ello que desde la Asamblea del Huila estaremos atentos a cada etapa del desarrollo del festival, no solo para acompañar la alegría de los ciudadanos, sino también para garantizar que se corrijan los errores del pasado y se siga construyendo un evento a la altura de lo que el país espera de nosotros.
Aprovecho esta columna para invitar a todos los huilenses a vivir estas fiestas con alegría, sí, pero también con responsabilidad. Evitemos excesos, especialmente en el consumo de alcohol, y elijamos apoyar lo nuestro: consumamos productos locales como nuestro aguardiente Doble Anís, símbolo de tradición y calidad.
Asistamos a los eventos en familia, con respeto por el otro y por nuestras raíces. Demostremos que el Huila sabe celebrar, pero también sabe proteger su patrimonio y cuidarse colectivamente.
Estas fiestas son un tesoro que debemos honrar con orgullo y con conducta. Que Colombia entera sepa que aquí, en esta tierra de bambucos y rajaleñas, celebramos en equipo, con el alma… pero con conciencia.
¡Felices fiestas para todos!
