Una simple selfie podría convertirse en una poderosa herramienta médica gracias a FaceAge, un algoritmo de inteligencia artificial capaz de estimar con precisión la edad biológica de una persona, ayudando a los médicos a tomar decisiones clínicas más personalizadas y seguras.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
Una simple ‘selfie’ podría ser todo lo que los médicos necesiten para entender cuán envejecido está realmente tu cuerpo. Así lo plantea FaceAge, un innovador algoritmo de inteligencia artificial (IA) que, tras analizar decenas de miles de imágenes, promete cambiar la forma en que se toman decisiones médicas, particularmente en el tratamiento de enfermedades complejas como el cáncer.
Desarrollado por un grupo de investigadores liderados por el oncólogo Raymond Mak, del sistema de salud Mass Brigham Health afiliado a Harvard, FaceAge fue presentado en la revista The Lancet Digital Health como una posible herramienta clave para establecer la edad biológica de los pacientes. A diferencia de la edad cronológica —es decir, la cantidad de años vividos según el calendario—, la edad biológica refleja cómo está envejeciendo el cuerpo realmente.
¿Cómo funciona FaceAge?
El algoritmo fue entrenado con más de 58.000 retratos de adultos aparentemente sanos mayores de 60 años, usando bases de datos públicas. Después, se probó en 6.196 pacientes que estaban siendo tratados con radioterapia en Estados Unidos y Países Bajos. Al analizar sus rostros antes del tratamiento, FaceAge determinó que aquellos con cáncer parecían, en promedio, 4,79 años mayores de lo que indicaba su edad cronológica.
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Este hallazgo es significativo, porque la diferencia entre la edad biológica y cronológica puede tener un impacto directo en la supervivencia del paciente. Según el estudio, quienes tenían una edad biológica superior a los 85 años, incluso si eran más jóvenes en edad real, tenían menores probabilidades de superar el cáncer.
Además, los médicos que participaron en la prueba, al conocer las estimaciones de FaceAge, mejoraron su precisión al predecir qué pacientes terminales morirían en los seis meses siguientes.
Una herramienta médica, no solo un diagnóstico visual
Tradicionalmente, muchos doctores comienzan sus evaluaciones con la llamada “prueba ocular”, un juicio rápido sobre si un paciente parece mayor o menor que su edad. Esa primera impresión, aunque empírica, puede tener influencia en la toma de decisiones clínicas. FaceAge propone reemplazar esta intuición con un biomarcador objetivo.
“Nuestra hipótesis es que FaceAge puede ayudar a los médicos a determinar qué pacientes pueden tolerar tratamientos intensos y quiénes no”, explicó Mak. Por ejemplo, si un paciente de 75 años presenta una edad biológica de 65, puede recibir un tratamiento más agresivo, mientras que uno de 60 años con una edad biológica de 70 requerirá una terapia más suave o cuidados paliativos.
Esta lógica puede aplicarse también a procedimientos como operaciones de corazón, reemplazo de caderas o planificación de la etapa final de vida.
Precisión más allá de lo evidente
Una de las sorpresas del estudio fue cómo FaceAge identifica los signos del envejecimiento. Mientras que los humanos suelen fijarse en las canas o la calvicie, el algoritmo se enfoca en cambios sutiles en la musculatura facial, que podrían reflejar de forma más precisa el deterioro físico general.
FaceAge incluso fue capaz de reforzar un popular meme sobre el actor Paul Rudd, quien a sus 50 años parecía tener solo 43, según el algoritmo.
Consideraciones éticas y sociales
Como toda tecnología emergente, FaceAge plantea dilemas éticos importantes. ¿Qué pasa si aseguradoras de vida o empresas de salud comienzan a usar esta herramienta para evaluar riesgos o negar coberturas? ¿Qué impacto puede tener en el bienestar emocional de una persona descubrir que su edad biológica es mucho mayor de lo que pensaba?
Además, la comunidad científica ha advertido sobre los posibles sesgos raciales en los modelos de IA. Aunque en sus primeras pruebas no se identificaron sesgos significativos en FaceAge, los investigadores están desarrollando una versión de segunda generación con datos de 20.000 pacientes para validar su precisión y diversidad.
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También se están haciendo pruebas para entender cómo factores como el maquillaje, la iluminación, o las cirugías estéticas pueden alterar los resultados. El objetivo es evitar errores o manipulaciones en las predicciones.
Lo que viene: acceso público y validación clínica
Los desarrolladores de FaceAge planean lanzar próximamente un portal de acceso público, donde las personas podrán subir sus fotografías para participar en un estudio de validación científica. Solo después de más validación clínica, se lanzarán las versiones comerciales destinadas al uso médico.
Este avance tecnológico tiene el potencial de convertirse en una herramienta clave para la medicina del futuro. Su facilidad de uso —una simple selfie—, su bajo costo y su capacidad para ofrecer un indicador confiable del estado físico del paciente, la convierten en una promesa para optimizar tratamientos, reducir riesgos y personalizar el cuidado de la salud de forma más efectiva.
En definitiva, FaceAge no solo está revolucionando la medicina, sino también nuestra percepción del envejecimiento y la manera en que la tecnología puede ayudarnos a vivir mejor, por más tiempo. ¿Estamos listos para mirarnos al espejo con otros ojos?









