Fabio Ochoa, exmiembro del Cartel de Medellín y una de las figuras más conocidas del narcotráfico colombiano, regresó al país este lunes tras cumplir más de dos décadas de condena en una prisión de Estados Unidos.
Deportación y llegada al país
A sus 67 años, Ochoa arribó en un vuelo de deportados bajo la custodia de agentes estadounidenses y fue entregado a Migración Colombia en un procedimiento que descartó cualquier antecedente penal que justificara una detención adicional. Ahora, el exnarcotraficante se encuentra en libertad y planea disfrutar sus días junto a su familia en Medellín.
Fabio Ochoa es parte de la familia que, junto a Pablo Escobar, lideró uno de los imperios del narcotráfico más poderosos del mundo en los años 80 y 90. Acusado del envío de cientos de toneladas de cocaína hacia Estados Unidos y otros países, fue extraditado en el año 2001 y enfrentó cargos por conspiración, distribución de cocaína y trata de personas.
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Tras cumplir su condena, fue trasladado a una prisión de menor seguridad, mientras su futuro generaba especulaciones. Aunque existían dudas sobre un posible proceso en su contra en el exterior, el visto bueno de las autoridades estadounidenses permitió su deportación.
En el aeropuerto, Ochoa fue recibido por una de sus hijas, a quien no veía desde hace varios años. Visiblemente emocionado, expresó su deseo de vivir en paz junto a sus seres queridos:
Su regreso genera diversas reacciones, considerando su papel en una de las épocas más oscuras del país. Para algunos, simboliza el cierre de un ciclo; para otros, revive las heridas de un pasado ligado al narcotráfico y la violencia.
Aunque Fabio Ochoa no tiene cuentas pendientes con la justicia colombiana, las autoridades y la opinión pública seguirán de cerca su reintegración a la vida cotidiana.
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