El inicio del 2025 trae consigo expectativas significativas para la economía, marcada por ajustes clave y un entorno internacional que influirá directamente en el comportamiento de los mercados. Scotiabank Colpatria señala que la inflación de cierre de 2024, estimada en 5,2%, será determinante para las variaciones en precios de bienes y servicios esenciales como arriendos, transporte público y alimentos. Además, el incremento del salario mínimo impactará de manera notable sectores como restaurantes y servicios, ajustando el costo de vida.
En el ámbito nacional, el cierre de 2024 dejó un balance positivo en sectores como agricultura, sector público y entretenimiento, mostrando señales de recuperación en la demanda de bienes duraderos, como vehículos y electrodomésticos. Estos avances sugieren que Colombia ha superado la etapa más crítica de desaceleración, entrando en una fase inicial de crecimiento que, aunque desigual entre sectores, podría consolidarse a lo largo del año.
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A nivel internacional, la posesión de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos genera expectativas sobre la política económica global. Sus decisiones en comercio exterior y relaciones internacionales podrían influir en la inversión y en el dinamismo económico de América Latina, un factor que Colombia deberá considerar al trazar su rumbo económico para el 2025.
El primer mes del año será crucial para determinar el alcance de estas dinámicas y para que el Gobierno Nacional presente su plan de gasto y ajuste fiscal. Los analistas advierten que enero no solo marcará la pauta del año, sino también medirá la capacidad del país para enfrentar las presiones inflacionarias y consolidar un crecimiento sostenible en todos los sectores económicos.
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