El violento ataque contra Yesica Cruz Capera, una joven de 22 años y con siete meses de embarazo, desató un plantón ciudadano frente al Hospital Universitario de Neiva, donde familiares y allegados exigieron justicia y denunciaron la indiferencia institucional. A la indignación por la libertad de la presunta agresora se suma la polémica omisión de auxilio de los conductores de cuatro ambulancias que, según testigos, se negaron a trasladar a la víctima porque “no era un accidente de tránsito”.
DIARIO DEL HUILA, PRIMER PLANO
Por: María Camila Mosquera M.
La ciudad de Neiva se encuentra conmocionada por el violento ataque que sufrió Yesica Cruz Capera, una joven de 22 años con siete meses de embarazo, quien sobrevivió de manera milagrosa a un intento de homicidio perpetrado por una mujer identificada como Sara Lucía Vásquez Ortega, señalada de intentar extraerle a la fuerza a su bebé mediante engaños.
El caso, que inicialmente fue reportado por las autoridades como una simple riña entre mujeres, ha generado indignación no solo entre los familiares y amigos de la víctima, sino también en amplios sectores de la sociedad huilense. La mañana de este lunes, allegados a Yesica realizaron un plantón frente al Hospital Universitario de Neiva, exigiendo justicia, visibilización del caso y garantías para que este episodio no quede en la impunidad.
El inicio del engaño
Según relataron los familiares, la pesadilla comenzó semanas atrás cuando Yesica fue contactada a través de TikTok por Vásquez Ortega, quien se presentó como representante de una supuesta fundación llamada “Juntos Puede”. Bajo la fachada de un programa de apoyo a madres gestantes, ofreció ayudas económicas, ropa, pañales y acompañamiento en la etapa final de su embarazo.
La confianza se fue ganando poco a poco. Vásquez incluso visitó la casa de la víctima el viernes 22 de agosto en horas de la noche, donde entregó pañales como parte de una invitación a un supuesto evento para mujeres embarazadas en un centro comercial del norte de Neiva. Allí aseguró que Yesica sería seleccionada como “modelo” del encuentro.
Al día siguiente, Vásquez convenció a la joven de acompañarla hasta un hospedaje en el norte de la ciudad, donde supuestamente la prepararían para su participación en la actividad. Lo que parecía una oportunidad de apoyo y celebración, terminó convirtiéndose en el inicio de una brutal agresión.
La agresión
En la habitación, según narró la familia, la mujer ofreció a Yesica una bebida y le pidió que se relajara en la cama para maquillarla. Instantes después, la atacó con un cuchillo en el cuello, hiriéndola gravemente en la tráquea.
En medio del forcejeo, Yesica intentó defenderse, resultando con heridas en sus manos al sujetar la hoja del arma. Pese a la gravedad de las lesiones, logró resistir, arrebató el cuchillo a su agresora y salió corriendo para pedir auxilio.
Con las últimas fuerzas que le quedaban, llegó hasta la calle en busca de ayuda. Según narró su padre, Bernardino Cruz, aunque varias ambulancias llegaron al lugar, inicialmente se negaron a trasladarla porque “no se trataba de un accidente de tránsito”. Fue él mismo quien, en medio de la desesperación, tomó la iniciativa de socorrer a su hija y llevarla al hospital.
Estado de salud de la víctima
Actualmente, Yesica permanece internada en el Hospital Universitario de Neiva, donde fue sometida a una cirugía en la tráquea. Su esposo, Jhair Aguilar, confirmó que la intervención fue un éxito y que la joven ya puede hablar con mayor claridad.
Sobre el estado del embarazo, Aguilar relató con alivio que la bebé fue evaluada mediante ecografía intravaginal y se encuentra estable.
“Gracias a Dios la cirugía que le hicieron a mi esposa en la tráquea ha sido un éxito. La bebé también está bien. Los médicos nos dicen que hay que tener cuidados especiales, pero por ahora está fuera de peligro”, señaló el joven padre.
El clamor de la madre
Durante el plantón, Patricia Capera Mendoza, madre de la víctima, alzó la voz conmovida pidiendo que el caso no quede en el olvido:
“El motivo del plantón es pedir justicia por mi hija. Que esto no quede impune como tantas cosas en este país. Lo que esa señora le hizo a Yesica no tiene nombre, nos causó un daño muy grande. Como madre solo puedo suplicar que las autoridades revisen bien el caso, porque no fue una simple riña. Fue un ataque con toda la intención de hacerle daño a ella y a su bebé”.
Con lágrimas, la mujer advirtió además a otras madres gestantes a no confiar en extraños que ofrecen ayudas a través de redes sociales.
Denuncias de otros casos similares
Uno de los apartes más delicados de los testimonios conocidos por Diario del Huila corresponde a las declaraciones de Jhair Aguilar, quien aseguró que tras la publicación del caso recibieron denuncias de otras mujeres en diferentes partes del país que habrían sufrido intentos de engaño similares por parte de Vásquez Ortega.
“Nos han llegado documentos y videos de Putumayo y Nariño donde otras mujeres embarazadas denuncian que ella intentó hacer lo mismo. En Mocoa, por ejemplo, dos mujeres fueron contactadas bajo el mismo pretexto y una de ellas alcanzó a denunciar el caso. No entendemos cómo, teniendo estos antecedentes, la dejaron en libertad”, relató.
La familia afirma tener en su poder material probatorio que evidencia el patrón de conducta de la agresora, quien incluso habría estado privada de la libertad durante siete años por hurto calificado.
Omisión de auxilio por parte de las ambulancias
Por su parte, Bernardino Cruz, padre de la víctima, fue enfático en señalar que la agresora hacía parte de una red criminal dedicada a engañar a madres gestantes.
“Esa señora contactó a mi hija por TikTok hace 15 días, la sacó con mentiras y la llevó a ese hospedaje. Allí la drogó, le puso música a todo volumen y luego la atacó con un cuchillo. Ella ya tiene antecedentes en Nariño, Mocoa y Medellín. Usaba la fachada de una fundación para acercarse a mujeres embarazadas. Esto no fue una riña, esto es un intento de homicidio y un intento de secuestro”, aseguró indignado.
Cruz también denunció irregularidades en la atención inicial por parte de la Policía y las ambulancias:
“Había cuatro ambulancias y ninguna quería recoger a mi hija porque no era accidente de moto. La Policía en lugar de ayudarme, me trató mal. Me parece increíble que en este país no se atienda a una joven embarazada herida de muerte por simples trámites burocráticos”.
Respuesta institucional
El personero de Neiva, Jerson Andrés Bastidas, confirmó que la Personería acompaña jurídicamente a la familia para que el caso sea reclasificado como intento de homicidio y no como “riña entre mujeres”:
“Hemos hecho presencia desde el primer momento, acompañando a la familia y orientando el proceso. Este caso no puede quedarse en una clasificación equivocada, debe investigarse con la seriedad que corresponde”.
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La Secretaría de la Mujer de Neiva, en cabeza de Clara Eugenia Peña, también emitió un pronunciamiento rechazando el hecho y comprometiéndose a brindar apoyo psicosocial y jurídico a la víctima:
“Reiteramos nuestro rechazo absoluto a todo acto de violencia contra las mujeres. Solicitamos a las autoridades investigar con celeridad y tomar las medidas pertinentes contra la agresora. La institucionalidad está para acompañar a Yesica y a todas las mujeres que atraviesen situaciones de violencia de género”.
La versión de la Policía
El coronel Héctor Jairo Betancourt, comandante de la Policía Metropolitana de Neiva, explicó que la patrulla atendió el llamado de emergencia por una “riña entre dos femeninas” y que, al encontrar a ambas con lesiones, fueron capturadas y presentadas ante la Fiscalía.
“El reporte inicial que tenemos es de una riña. Ambas presentaban lesiones, una de ellas delicada en el cuello, y fueron dejadas a disposición de la autoridad competente. No tenemos información oficial sobre un intento de hurto de bebé”, señaló Betancourt.
Esta versión ha generado indignación en la familia y en la comunidad, quienes consideran que se trata de una minimización del hecho que favoreció la libertad de la agresora.
Antecedentes de la agresora
Las indagaciones posteriores revelan que Sara Lucía Vásquez Ortega ya había sido vinculada a procesos judiciales en el pasado. Según ciudadanos que reaccionaron en redes sociales, en 2018 habría participado en el hurto de electrodomésticos en un apartamento turístico en Bogotá y en el robo de un vehículo.
En Nariño y Putumayo también existen denuncias de madres gestantes que aseguran haber sido contactadas con promesas de ayudas, bajo un modus operandi idéntico.
Un llamado a la justicia
La familia de Yesica Cruz insiste en que el caso no puede quedar en la impunidad y exigen que la Fiscalía y los jueces actúen con diligencia para evitar que otras mujeres embarazadas sean víctimas de este tipo de ataques.
El esposo de la víctima lo resume con claridad:
“El llamado es a que no se quede como una simple riña. Mi esposa y mi hija estuvieron a punto de morir. Queremos justicia y que esa señora pague por lo que hizo”.
El caso de Yesica Cruz Capera no solo expone la vulnerabilidad de las mujeres gestantes frente a redes criminales que aprovechan su estado para tender trampas, sino también las fallas estructurales en la respuesta institucional. La negación inicial de las ambulancias, la clasificación del hecho como una riña y la rápida libertad de la presunta agresora revelan vacíos que deben ser corregidos con urgencia.
Mientras tanto, Yesica lucha por recuperarse en el hospital, sostenida por la esperanza de que su hija nacerá con vida y en un país que, pese a todo, aún puede darle justicia.
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