En el Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo de Neiva permanecen varios de los heridos más graves que dejó el atentado con explosivos ocurrido en La Plata, Huila, durante la noche del Jueves Santo. Las víctimas, provenientes de familias de escasos recursos, se enfrentan ahora a un proceso médico complejo que incluye intervenciones quirúrgicas y atención psicológica.
Lea tambien: “Este crimen de lesa humanidad no quedará en la impunidad”: Pedro Sánchez
Entre los pacientes se encuentra Angel Esneider Medina, un niño de apenas 10 años que permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos pediátrica y cuyo estado de salud es el más delicado. También se encuentra Viviana Andrea Rosero, empleada de un supermercado, quien necesita cirugía especializada en su ojo derecho y espera ser remitida a un hospital en Ibagué o Bogotá, debido a la complejidad del procedimiento que requiere un retinólogo.
Mabel Rocío Peña Rosero, de 50 años, necesita una cirugía reconstructiva en el codo izquierdo y continúa bajo observación médica. Es tía de Luisa Fernanda y Sergio, los dos jóvenes que perdieron la vida en el atentado. Por su parte, Julián Felipe Vega Lizcano, de 22 años y mesero de un restaurante cercano a la estación de Policía, presenta lesiones en su oído y oreja izquierda, así como esquirlas en otras partes del cuerpo. También requiere intervención quirúrgica.
Le puede interesar: MinDefensa lideró consejo de seguridad en La Plata, Huila
El estado emocional de las víctimas es otra preocupación para las autoridades de salud, quienes han señalado la necesidad de brindar apoyo psicológico continuo. Las secuelas físicas y mentales del ataque afectan de forma severa a estas personas, quienes además enfrentan limitaciones económicas para sobrellevar su proceso de recuperación.








