Alvaro Hernando Cardona González
Tomado de una de las varias publicaciones que la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena-CAM, imprimió y distribuyó durante la llamada Semana Ambiental, con la cual celebró los 30 años de creación, hemos preparado esta columna sobre uno de tantos aspectos descuidados en asuntos ambientales en Colombia: las especies, exóticas e invasoras.
Cabe recordar que la CAM, fue uno de los 11 entes corporativos de carácter público con funciones ambientales, creadas por la Ley 99 de 1993, sin contar con las 8 (hoy 7) creadas con un régimen especial, llamadas de desarrollo sostenible.
Ahora sí al tema. Dicen apartes de los varios folletos repartidos que las invasiones biológicas son las especies de fauna y flora, originarias de otros países, que son denominadas especies introducidas o exóticas. Estas ingresan a un país de manera accidental o voluntaria. Cuando estas especies logran sobrevivir, ya introducidas en países diferentes a los de su origen y en los cuales se establecen, dispersan y reproducen en los ecosistemas “huéspedes”, se convierten de tal manera en un agente de cambio. Y es que, de esta manera, terminan la mayoría de las veces causando impactos negativos: económicos, ambientales y por supuesto a la salud pública. Así se entiende fácil porqué son consideradas especies, exóticas, y además invasoras.
De acuerdo con los datos que publica nuestra corporación autónoma regional, son 25 especies de flora reportadas como exóticas invasoras y 29 especies invasoras de fauna en nuestro departamento. Entre las especies de flora tenemos al Retamo Espinoso, al Ojo de Poeta, al Algodón y al Tulipán Africano. Y entre las de fauna, la más destacadas vendrían a ser el pez Basa, Panga o Pangasius; la trucha Arcoíris y el Caracol Africano.
Entre otras razones, se consideran a las especies invasoras de la flora, en virtud de que compiten con las plantas nativas por recursos como la luz, el agua o los nutrientes, lo que acarrea, naturalmente una reducción de la biodiversidad local, además, estas pueden modificar los hábitats naturales, perjudicar a las especies nativas, y alterar las dinámicas ecológicas, también pueden carecer de depredadores o controladores, lo que hace que proliferen sin control natural. En cuanto a las especies invasoras de la fauna, entre otras, al ser omnívoras pueden comprometer a las especies nativas amenazadas de las regiones, ser tolerantes a niveles de contaminación considerables y además ser portadores de patógenos exóticos, lo que a su vez puede repercutir en la salud y supervivencia de los peces, nativos y otras especies locales.
Todos debemos prevenir y controlar la introducción de especies exóticas e invasoras.
