El fútbol colombiano enfrenta una nueva controversia tras las acusaciones dirigidas al técnico Hubert Bodhert, actual entrenador de Alianza Valledupar. El exjugador Julián Zea afirmó que durante su tiempo en Alianza Petrolera, entre 2020 y 2022, Bodhert le habría solicitado 30 millones de pesos por semestre a cambio de asegurarle participación en los partidos.
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Zea también mencionó que otros jugadores habrían estado sujetos a condiciones similares, sumando un total de 120 millones de pesos por semestre. Zea detalló que la solicitud de dinero se presentó en una época en la que el club atravesaba una crisis deportiva, específicamente en el primer semestre de 2021. Según sus declaraciones, algunos jugadores llegaban a los entrenamientos en estado de embriaguez y mantenían una conducta indisciplinada, lo que agravaba la situación del equipo. Estas revelaciones han generado preocupación sobre la integridad y la ética en el manejo de los equipos de fútbol en Colombia.
Ante estas acusaciones, Bodhert negó rotundamente haber solicitado dinero a Zea o a cualquier otro jugador para garantizarles tiempo de juego. El técnico calificó a Zea como un jugador indisciplinado y con problemas de peso, y anunció que emprenderá acciones legales por injuria y calumnia contra el exjugador. Bodhert insistió en que nunca ha pedido dinero a sus jugadores y que estas acusaciones carecen de fundamento.
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Este incidente se suma a una serie de controversias que han afectado la carrera de Bodhert en los últimos años, incluyendo críticas por su gestión en equipos como Independiente Santa Fe y Jaguares de Córdoba. La situación actual plantea interrogantes sobre las prácticas dentro de los clubes y la necesidad de reforzar los mecanismos de control y transparencia en el fútbol colombiano.









