Con la llegada de diciembre, en muchos barrios del país empieza una carrera creativa por convertir las cuadras en escenarios festivos: luces colgadas entre postes, figuras hechas por los vecinos y, cada vez más común, calles y andenes pintados con colores navideños. Sin embargo, esta tradición popular no siempre es compatible con la normativa colombiana.
Aunque decorar hace parte del arraigo comunitario, pintar vías y andenes sin autorización es considerado una intervención al espacio público, y por tanto tiene restricciones claras en la legislación vigente.
Lo que dice el Código Civil
Los artículos 674 y 678 del Código Civil establecen que las calles, andenes y demás bienes de uso público pertenecen a la Nación y están destinados al disfrute colectivo. Bajo esta premisa, ninguna persona o comunidad puede modificar estos espacios sin autorización de la autoridad competente.
Esto implica que pintar el piso, intervenir el pavimento o hacer representaciones gráficas directamente sobre la vía se considera una infracción, salvo que exista un permiso previo.
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El respaldo del Código de Policía
El Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana también regula estas actividades.
- El artículo 139 prohíbe dañar, alterar o modificar el espacio público sin permiso.
- El artículo 140 impone multas cuando dichas acciones afectan la estética o integridad de los bienes públicos.
La norma no solo busca proteger el entorno, sino también garantizar la seguridad vial, pues intervenir una vía puede generar riesgos para peatones y conductores.
Las excepciones: concursos y permisos especiales
Pese a las prohibiciones, la normativa contempla escenarios en los que sí es posible pintar las calles:
Los artículos 202 y 204 permiten a las autoridades locales otorgar permisos temporales para actividades comunitarias, culturales o recreativas siempre que no se cause daño y exista un compromiso de restauración.
De acuerdo con expertos consultados, estos permisos suelen solicitarse directamente en las alcaldías municipales o locales mediante una carta formal que detalle la actividad, su duración y el plan para devolver el espacio a su estado original.
En la práctica, muchas intervenciones navideñas legales se llevan a cabo como parte de concursos oficiales, como “la cuadra más linda”, organizados o avalados por las autoridades.
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