Entre 2020 y 2024, el precio de la gasolina en Colombia aumentó cerca de 40%, mientras el diésel tuvo variaciones más moderadas. En este contexto, el Huila se consolida como un actor relevante por su alta cobertura de gas y participación en reservas de hidrocarburos.
DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
Entre 2020 y 2024, el panorama energético en Colombia ha experimentado importantes transformaciones marcadas por el aumento sostenido de los precios de los combustibles, la evolución del consumo energético nacional y el comportamiento de las reservas de hidrocarburos. En este contexto, el departamento del Huila se destaca como una región con un papel relevante tanto en términos de producción como de cobertura de gas, lo que lo posiciona como un actor estratégico en el sector energético nacional.
Precios de los combustibles: alzas marcadas en gasolina y leves en diésel
El precio por galón de gasolina corriente motor ha tenido un incremento cercano al 40% entre enero de 2020 y diciembre de 2024, según los registros de la Unidad de Planeación Minero-Energética (Upme). Este aumento ha impactado tanto a consumidores como a sectores productivos, reflejando el efecto de factores como la eliminación gradual de subsidios, las variaciones en los precios internacionales del petróleo y las decisiones fiscales del gobierno.
Para ilustrar esta variación, en enero de 2020, el precio promedio del galón de gasolina fue de:
• $9.678,32 en Armenia,
• $9.702,23 en Bogotá,
• y $9.802,23 en Villavicencio.
Al cierre de 2024, los valores se ubicaron en:
• $15.955,95 en Armenia,
• $15.993,64 en Bogotá,
• y $16.093,64 en Villavicencio.
El incremento ha sido generalizado en las principales ciudades, mostrando un alza sustancial de precios, que supera en muchos casos los $6.000 por galón, sin distinción regional.
En contraste, el diésel registró aumentos más moderados. En Bogotá, el precio pasó de $9.456,39 por galón en enero de 2020 a $10.556,43 en diciembre de 2024, lo que representa una variación de poco más del 11%. Según el informe, ninguna de las 18 ciudades incluidas superó los $11.000 por galón en este combustible, que es clave para el transporte de carga y la industria.
Consumo energético: predominio del transporte y de los combustibles líquidos
El consumo final de energía en Colombia durante 2023 fue de 1.528.901 Terajulios, un incremento leve frente a los 1.515.644 Terajulios registrados en 2022, de acuerdo con el profesor Sergio Cabrales, de la Universidad de los Andes.
El análisis sectorial muestra que:
• El transporte continúa siendo el principal consumidor de energía, seguido por la industria y el sector residencial.
• Estos tres sectores suman el 83,4% del uso total.
• Los energéticos más utilizados fueron el diésel, la gasolina y la electricidad, los cuales representaron 58,5% del consumo total.
Este comportamiento ratifica la fuerte dependencia de Colombia hacia los combustibles fósiles, especialmente para el movimiento de bienes y personas, así como para el funcionamiento de actividades industriales y domésticas.
Proyecciones de demanda eléctrica: crecimiento sostenido
La Upme, en su escenario base, estimó que la demanda de energía eléctrica del Sistema Interconectado Nacional fue de 79.701 gigavatio-hora (GWh) en 2023. Se proyecta que esta cifra aumentará a 80.741 GWh en 2025 y alcanzará 107.193 GWh en 2038, lo que significaría un crecimiento aproximado del 25%.
Este incremento está alineado con el crecimiento económico, el desarrollo tecnológico, la urbanización y el avance de proyectos de transición energética, aunque plantea retos significativos en términos de cobertura, infraestructura, generación y sostenibilidad.
Reservas de hidrocarburos: concentración en Meta y participación del Huila
En materia de reservas de petróleo, el departamento del Meta continúa siendo el epicentro de la producción nacional, con un 59% de las reservas, seguido por:
• Casanare (14%),
• Santander (7%),
• Arauca (5%),
• Boyacá (4%),
• Putumayo (3%),
• Cesar (2%),
• y Huila, que también cuenta con el 2% de las reservas nacionales.
Este dato, aunque modesto en proporción, cobra relevancia si se considera el rol del Huila como productor activo y estratégico en el sur del país, con campos en operación y potencial de desarrollo adicional en exploración.
Respecto a las reservas de gas natural, Casanare lideró con el 48,27%, seguido por:
• La Guajira (19,20%),
• Boyacá (15,72%),
• Córdoba (9,15%),
• Sucre (5,25%),
• y Santander (4,74%).
Estos departamentos no solo concentraron la mayor parte de las reservas, sino que también encabezaron la producción durante 2023 y 2024. Sin embargo, un dato preocupante es que tanto la producción fiscalizada de gas como su entrega a gasoductos han mostrado una tendencia descendente desde 2020 hasta noviembre de 2024, lo cual pone en duda la sostenibilidad del abastecimiento futuro.
Huila: liderazgo en cobertura de gas
Más allá de la producción de petróleo, el Huila sobresale por su alta cobertura de gas domiciliario, que superó el 80% en 2023 y 2024, junto con departamentos como Caquetá, Bogotá, Cesar, Atlántico, Sucre y La Guajira.
Esta cobertura evidencia una buena infraestructura de distribución, que ha permitido que la mayoría de los hogares y sectores económicos accedan a este servicio con continuidad. El contraste se da con departamentos como Risaralda, Antioquia, Nariño, Guaviare y, especialmente, Chocó, que apenas alcanzó un 9% de cobertura, lo que refleja una brecha energética importante entre regiones.
Perspectivas y desafíos
El comportamiento de los precios, la estructura de consumo y el estado de las reservas energéticas muestran que Colombia enfrenta varios desafíos en el mediano y largo plazo:
- Sostenibilidad en el abastecimiento: La disminución de las reservas y de la producción fiscalizada de gas debe alertar a las autoridades sobre la necesidad de diversificar fuentes y fortalecer la exploración responsable.
- Transición energética: A pesar del aumento de la demanda eléctrica, la matriz aún depende en buena medida de los combustibles fósiles. Se requiere una hoja de ruta clara hacia energías renovables, sin descuidar la seguridad energética.
- Equidad territorial: El caso del Huila, con buena cobertura y participación en reservas, contrasta con regiones como Chocó, donde la población carece de servicios básicos como el gas domiciliario. Reducir esta desigualdad es clave para un desarrollo energético inclusivo.
El Huila como ejemplo de equilibrio energético
El departamento del Huila representa un caso ejemplar en el panorama energético colombiano. Aunque su participación en reservas de petróleo es modesta, su cobertura de gas es de las más altas del país, lo que evidencia esfuerzos regionales exitosos por garantizar el acceso a la energía. Además, su ubicación estratégica y potencial para proyectos de generación limpia le dan un valor agregado que podría aprovecharse más en el futuro.
En medio de un contexto de aumento de precios, crecimiento de la demanda y retos en producción, el Huila se posiciona como un referente de gestión energética equilibrada y con proyección.









