En el recinto del Concejo de Neiva, los concejales cuestionaron el mal comportamiento de la ciudadanía durante los desfiles, cabalgatas, alboradas y demás eventos enmarcados dentro del Festival que culminó este fin de semana. Los cabildantes exigieron acciones concretas a las autoridades y responsabilizaron a la administración municipal.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
Por: Francy Villarreal Ruiz
Durante una de las sesiones en el domo de la Corporación de la capital del Huila, los concejales alzaron sus voces para reprochar el comportamiento observado en el desfile nocturno con las candidatas a Señorita Neiva, uno de los eventos más cuestionados de lo que va del desarrollo de la programación de las festividades de San Juan y San Pedro en la ciudad.
En su intervención, los cabildantes discutieron actitudes de la ciudadanía, como el uso desmedido de espuma, agresiones físicas protagonizadas por jóvenes, quienes, portando armas, generaron hechos que alteraron la tranquilidad del desfile.
Igualmente, las cabalgatas fueron objeto de críticas, al registrarse hechos de maltrato animal y evidenciarse el consumo de bebidas alcohólicas por parte de los jinetes.
A esto se sumaron situaciones como el desbordado desorden en las comunas de la ciudad durante las tradicionales alboradas sampedrinas, la poca asistencia de público a los eventos culturales, y la ausencia de gestores culturales, quienes argumentaron baja retribución económica, un engorroso proceso de contratación y tardíos pagos por parte de las entidades gubernamentales.
¿Qué dijeron los concejales?
El concejal Alejandro Serna expresó su desazón por los desmanes durante la celebración:
«Cómo me duele ver algunos actos de falta de conciencia ciudadana. No es vanidad, esperamos un comportamiento social aceptable. Ya está demostrado que la espuma puede generar afectaciones a la salud y ser motivo de conflicto.»
Serna pidió a las autoridades —administración municipal, Policía Metropolitana y sociedad civil— fortalecer el control de estos elementos y concienciar a la población sobre el daño que generan.
Por su parte, el concejal Héctor Javier advirtió que el ambiente festivo derivó en situaciones peligrosas:
«Una persona poco tolerante y que luego recibe espuma, ahí tiene que generarse una pelea. Yo no entiendo por qué una persona de bien tiene que llevar un cuchillo para asistir a un desfile.»
El concejal también manifestó su preocupación por jóvenes que, animados por la espuma y el alcohol, portaban armas blancas, lo que incrementó el riesgo de enfrentamientos violentos.
El concejal Cristian Bautista narró su experiencia personal con su hijo de cinco años:
«Qué triste que mi niño vea gente con la cabeza llena de sangre y la espalda también, puñaleados. Mi hijo se llevó esa imagen de estos gamines que ni la Policía Nacional puede controlar.»
Bautista instó a las autoridades a generar oportunidades reales de desarrollo para los jóvenes, evitando que recurran al vandalismo y la violencia en eventos familiares.
Conciencia ciudadana
El presidente del Concejo, Juan Carlos Parada, hizo un llamado a examinar el rol de la familia y del Estado:
«Cómo está evolucionando nuestra especie. Los jóvenes y los niños son el futuro, no el presente. No hemos aprendido a asumir deberes y obligaciones. Nos olvidamos de que como ciudadanos no solo reclamamos derechos.»
Parada recordó que el Estado, desde la Constitución del 91, ha incrementado las oportunidades educativas, y pidió recuperar la responsabilidad ciudadana junto a la corresponsabilidad institucional.
Fallas en la logística
Uno de los temas abordados en la mesa de análisis del Concejo de Neiva fue el uso indebido de gas pimienta y fallas en la vigilancia privada durante el desarrollo de las actividades del festival.
El concejal Ramiro Vidal denunció que vigilantes dispararon gas pimienta contra menores y mujeres en medio de una aglomeración:
«Se formó una pelea en un palco, esa empresa ilegal esparció gas pimienta. Los niños corrían, las mujeres corrían, y pudo haber ocurrido un desastre. Hago un llamado al coronel de la Policía frente a esta situación.»
Vidal pidió investigar y sancionar a la empresa de vigilancia, advirtiendo el peligro del uso ilegal de sustancias en eventos públicos.
Las cuestionadas cabalgatas
Sin duda, las cabalgatas enmarcadas en la programación de las festividades llaman la atención de ciudadanos y defensores de los derechos de los animales. Es el caso de los concejales Juan Sebastián Prieto y Juan Diego Amaya Palencia, quienes cuestionaron casos reportados de maltrato animal y la ingesta de bebidas embriagantes durante estas actividades.
Prieto exigió al Puesto de Mando Unificado (PMU) un informe detallado sobre la última cabalgata oficial:
«Queríamos conocer cuáles fueron los pormenores de esta cabalgata y revisar si se vienen cumpliendo las condiciones iniciales por parte de los caballistas», señaló, solicitando formalmente toda la información relativa al evento.
Amaya Palencia reflexionó sobre el impacto económico y cultural:
«La dinámica económica de estas fiestas depende en gran medida de los neivanos que regresan y sus acompañantes. Lo mismo ocurre con las cabalgatas: a los más de 1.000 caballos que hay en Neiva se suman otros tantos que llegan. En menos de 15 días se realizan siete cabalgatas, como en ninguna otra ciudad de Colombia. Por eso, tantos caballos exhaustos.»
Agregó que, aunque ferias, conciertos y otros eventos también aportan al dinamismo de San Pedro,
«Siendo francos, nuestras fiestas han perdido, poco a poco, su naturaleza como expresión pura de folclor, cultura e identidad, para convertirse en una gran rumba. Y rumbas hay en todas las ciudades.»
Amaya subrayó que el San Pedro necesita una reingeniería, una transformación que lo convierta en una verdadera representación de nuestra cultura y folclor, y en un atractivo turístico auténtico, más allá de unas simples fiestas del retorno.
Comunas sin autoridad
Otro de los lunares de las festividades se registró el pasado domingo, cuando violentas riñas estallaron en la alborada del barrio Las Granjas, en la Comuna Dos de la ciudad.
En medio de la celebración —que la comunidad lleva años pidiendo suspender por haber perdido su sentido— se evidenció nuevamente el consumo desmedido de licor y actos de violencia.
Un video difundido en redes sociales muestra a varias personas atacando un vehículo, mientras otros asistentes debieron evadirlo para no ser embestidos.
Aún se desconocen las causas que provocaron que el conductor intentara huir de esa manera. Lo grave de la ‘trifulca’ es que se puede ver a personas, en su mayoría jóvenes, con machete en mano participando del hecho.
Este panorama ensombrece lo que debería ser una celebración cultural y folclórica, reflejando lo que se vive en los barrios y comunas de Neiva, donde es común ver personas en alto estado de alicoramiento conduciendo sin ningún control.
El llamado también es para las autoridades de tránsito, a ejercer controles en los barrios, que es donde termina fortaleciéndose el desorden y el mal comportamiento ciudadano, mientras la comunidad reclama presencia institucional.
Eventos con poco público
Diario del Huila hizo presencia durante el fin de semana en los eventos programados en la plazoleta del Centro de Convenciones ‘José Eustasio Rivera’, espacio insignia en las festividades.
Lamentablemente, la asistencia fue escasa. Varios factores contribuyeron a ello:
- Condiciones climáticas: las altas temperaturas impiden permanecer en el lugar sin protección.
- Diseño del espacio: las graderías fueron ubicadas a una distancia significativa del escenario, impidiendo apreciar las presentaciones.
- Falta de difusión: la programación no fue promovida adecuadamente por los canales oficiales.
Algunos gestores culturales manifestaron no haber participado por dos razones principales:
- La documentación requerida era excesiva.
- Los pagos de los “pocos recursos” entregados se hacen hasta un año después, lo que genera desmotivación para participar anualmente.
Las peticiones
El llamado de atención para las autoridades frente al desarrollo de las actividades del festival suscita varias reflexiones, entre ellas la necesidad de establecer estrategias serias y políticas públicas para conservar el verdadero sentido de las festividades de San Juan y San Pedro.
Los concejales coinciden en la urgente necesidad de fortalecer la seguridad en eventos públicos, prevenir el uso de elementos peligrosos, generar conciencia ciudadana sobre los deberes, además de los derechos, y establecer soluciones legislativas y operativas que eviten futuros incidentes.
Frente al desarrollo actual del festival surgen varias preguntas:
- ¿Cuál es el verdadero valor que promueven nuestras fiestas?
- ¿Cuántos ciudadanos no asistieron al desfile nocturno por miedo?
- ¿A quiénes les interesan eventos como el Concurso de Composición Musical Jorge Villamil o el Concurso Nacional de Interpretación Musical Anselmo Durán Plazas?
- ¿Se deben reducir las fiestas en cuanto a duración?
- ¿Qué le estamos mostrando al mundo culturalmente?
Sin embargo, surge una pregunta clave: ¿Se está perdiendo nuestra identidad cultural?
Las reflexiones deben surgir desde el escenario institucional, desde donde se manejan los recursos y los intereses gubernamentales. Es momento de tomar acciones y decisiones que reestructuren unas fiestas folclóricas y culturales que hoy se ven transformadas en consumo desmedido de alcohol y violencia.
