Aunque las autoridades han desplegado operativos en la zona; residentes y comerciantes piden mayor presencia en el lugar afectada desde hacer varios años a los residentes.
Desde hace cerca de una década, los habitantes residentes en el sector de la calle 33 con carrera 1 del barrio Cándido Leguizamón, en la Comuna 1 de Neiva, a raíz del funcionamiento de estancos, bares y establecimientos comerciales de venta de bebidas embriagantes, viven preocupados por la situación de orden público que se viene presentando a raíz de esto.
Frente a la situación a través de todo tipo de mecanismo de reclamación, le han solicitado a la Administración Municipal; tomar medidas urgentes contra una situación que los viene afectando.
De acuerdo con la comunidad que algunos establecimientos comerciales ubicados en la zona; cometen irregularidades en el horario de cierre, ya que en algunas oportunidades cierran a incluso a las 5:00 a.m. del día siguiente.
Espacio Público
Otro de los temas que aqueja a la comunidad, es la ocupación de espacio público, de forma indebida, utilizando el andes para ubicar, sillas, mesas y hasta motos, impidiendo el tránsito de las personas por el espacio destinado para ello, por lo que los transeúntes deben caminar por la calle exponiéndose a los peligros del tránsito vehicular.
Los residentes alegan que el impacto negativo de los bares en los barrios fue el tema que más inquietudes generó; esto durante la etapa de presentación del Plan de Ordenamiento Territorial; donde evidentemente no se cumple con el uso de suelo, y se ubican estos establecimientos de consumo y venta de licor en una zona residencial y de educación; hablando de la universidad Surcolombiana y diferentes establecimientos educativos de la Comuna 1 de la ciudad capital.
¿Qué piden?
Desde que se inició a vivir la situación, los residentes han solicitado el acompañamiento para el proceso de cierre del establecimiento de comercio, y el respectivo proceso policivo sancionatorio contra los comerciantes de la zona que incumplan con las reglas.
Frente a la situación que atraviesa la zona de la ciudad, Diario del Huila habló con diferentes actores de la comunidad, entre los que se cuentan comerciantes, líderes y residentes, para conocer en que se ha avanzado y cuál es la actual situación del barrio.

Significativa mejoría
De acuerdo con el Edil de la Comuna 1 Manuel Perdomo, teniendo en cuenta el nuevo decreto de regulación de horarios para el funcionamiento de establecimientos de venta de bebidas embriagantes “la situación a mejorados un 70% en comparación con años anteriores. Sin embargo, también hemos logrado concientizar a los dueños los bares para el manejo de espacio público”.
De otra parte, indicó el Edil que, respecto a temas como el manejo de volumen, horarios el no parqueo de motos frente a los negocios, el no consumo, venta y distribución de bebidas embriagantes a menores de edad, continúan las falencias, esto debido a la poca capacidad de regulación de las autoridades.
“Continuamos con problemas de consumo de sustancias psicoactivas, en la capacidad policial al momento de hacer el cierre de los establecimientos, pues teniendo en cuenta que algunas personas se quedan consumiendo licores en las áreas públicas, entonces el llamado es para el municipio empezar aplicar comparendos en el consumo de bebidas en lugares no permitidos” dijo Perdomo.
Frente a la problemática que vive la zona, las autoridades y ediles de la Comuna, han cumplido algunas mesas de concertación entre comunidad, gobierno, los comerciantes y ediles con el fin de llegar acuerdos que conlleven a mejor la convivencia ciudadana del sector.

Urge una mayor intervención en la zona
Cristian Viatela, habitante y líder comunal de la zona manifestó que “hay que reconocer los esfuerzos que la administración municipal viene adelantando en la Comuna 1 específicamente en la carrera primera de Cándido y Santa Inés para intentar contener o reducir los índices de criminalidad en las diferentes manifestaciones; sin embargo, no son suficientes dado que aún persisten focos de inseguridad que lo acrecientan los locales que se dedican al expendio de bebidas embriagantes”.
Según el líder estos mismos locales permiten la comercialización de sustancias psicoactivas identificando así a menores de edad que son los primeros afectados; por cuanto no hay un control serio de las familias, ni de las autoridades y mucho menos de los administradores y propietarios de locales comerciales.
Sumado a esta situación, se denuncia la falta de alumbrado público en algunas zonas. “Pienso que es urgente una verdadera articulación entre el sector económico, el sector educativo para tener en cuenta estudiantes del Inem, Liceo y la universidad Surcolombiana; además del colegio de la policía y con la misma comunidad que es permisiva en muchos aspectos que potencializan la criminalidad en ese sector” expresó Viatela.
Hablan los comerciantes
Los habitantes de calle dicen los comerciantes se suman a la situación de deterioro de seguridad y orden en el barrio, pues las calles y andenes se han convertido en sus letrinas, y las de quienes consumen bebidas embriagantes en bares allí ubicados.
Dice Jorge enrique Gómez Ascanio que “los habitantes de calles son quienes haces sus necesidades, y a esto se suma el consumo de estupefacientes, que es otra situación que afecta a la zona, por eso queremos pedir a las autoridades mayor control también con esta población”.
De su parte el comerciante Felipe Guzmán dice que “la situación ha mejorado en temas de bares, en un 80% se ha mejorado la movilidad, el tema del ruido, nos ha favorecido el decreto de cierres, la gente cumple en su mayoría; pero hay gente que queda en la calle. También realizan los operativos muy temprano, después de los cierres la policía llega, pero no realiza ningún tipo de acción”.
“Una calle del cartucho”
Así se refirió recientemente durante una sesión en el domo del Concejo de Neiva el cabildante Mauricio Fernando Rojas quien dijo que “el barrio Cándido desde la calle 28 hasta la 34 preocupa, he sentido pánico, temor, eso parece la calle del cartucho, es aterrador. Pasé en una madrugada y sentí temor”.
Socializó el concejal que había observado más de 100 personas consumiendo estupefacientes y bebidas embriagantes, haciendo sus necesidades fisiológicas en la vía publica.
Según Rojas, muchos de estos establecimientos son cerrados por las autoridades, y lo que hacen para volver a abrir sus puertas es cambiar la razón social y vuelven a funcionar, violado la ley, y de esta forma acrecentar el problema social del sector.
“Esta situación la vivimos en muchas partes de la ciudad, y sé que hacen esfuerzos para combatir este contexto, a través de la Dirección de Justicia en operativos, y se ha logrado, pero hay que seguir trabajando” puntualizó el concejal de Neiva.

Peticiones de la comunidad
Dentro de las tres soluciones que propone a partir de su sentir la comunidad se está en que definitivamente Neiva tenga un verdadero Plan de Ordenamiento Territorial – POT que determine el uso de suelo.
La segunda solicitud radica en realizar pedagogía de la ley 2450 del 2025 respecto a vecinos ruidosos orientando a esos establecimientos nocturnos, sobre las restricciones y orientaciones que la ley establece para evitar que se presenten malos entendidos cuando surtan los operativos correspondientes.
Y la tercera que se hace a unísono por todos los actores de la comunidad, está el ejercer mayor control en la zona después de los cierres de establecimientos, y que apliquen medidas correctivas a los habitantes de calles y desadaptados que alteren la tranquilidad de los vecinos.









