Por: Luis Alfonso Albarracín Palomino
Al siguiente día de la posesión del presidente Donald Trump, empezaron las más grandes redadas para deportar a los migrantes ilegales, que a la fecha superan los 11 millones y que le están ocasionando una problemática social y económica a la primera potencia mundial. El aumento de la inseguridad en las ciudades de los Estados Unidos se ha convertido en un serio dolor de cabeza para las autoridades norteamericanas, por la forma salvaje e irracional como actúan contra las familias norteamericanas. Siguiendo fiel a sus promesas electorales, se empezaron a capturar en colegios, iglesias, centros comerciales y demás lugares donde residen y laboran estas personas, que lograron pisar suelo norteamericano, en búsqueda de nuevas oportunidades laborales, que no pudieron conseguir en sus países de origen. Inclusive en el muro fronterizo que separa a México con el país del Tío Sam, se incrementó la seguridad y se prohibió el paso de migrantes que no tuvieran visa.
Con esta política pública, Trump, seguirá impulsándola, deportando a todas las personas que se encuentren ilegales en dicho país. No le interesa la lluvia de criticas de los demás sectores de opinión, ni las de algunos lideres de países latinoamericanos, que han rechazado de plano dichas medidas. Recordemos la filosofía Monroe; “América para los americanos “. Primero ellos. No les interesa el bienestar de los demás sectores poblacionales. Durante la campaña presidencial, dichos anuncios generaron temor a los migrantes por la decisión que iba a tomar, una vez se posesionara. Los medios de comunicación a nivel nacional e internacional coinciden, que era claro que su segundo periodo en la Casa Blanca sería una ruptura frente a la de su antecesor, Joe Biden. Muchos confiaban en que las propuestas más extravagantes del presidente entrante correspondían a una estrategia de campaña, a posiciones que moderaría una vez asumiera el poder. Pero no ha sido así. A juzgar por sus primeros actos y pronunciamientos, sin embargo, el nuevo mandatario de Estados Unidos parece decidido a ejecutar incluso sus propósitos más problemáticos, entre ellos, las deportaciones masivas.
Todos los migrantes ilegales que residen en dicho país, seguirán viviendo un viacrucis, que no los va a dejar vivir tranquilos, porque a cualquier momento son capturados por los organismos de seguridad y deportados inmediatamente a sus países de origen, dando cumplimiento a una de las 100 órdenes ejecutivas, que los va a expulsar sin contemplaciones, generando caos y niveles de incertidumbre nunca vistos. Ha causado impresión el envío de militares, para cerrar la frontera con México. Inclusive canceló los programas que dejaron en el limbo a millones de personas. Inclusive el fin de la ciudadanía por nacimiento, que por cierto fue suspendida por un Juez Federal, ha desatado aplausos entre algunas familias estadounidenses.
