Este viernes 10 de enero, Nicolás Maduro asumió un tercer mandato presidencial en Venezuela, en un acto que ha generado fuertes críticas tanto en su país como en el ámbito internacional.
Sin revelar las actas de las elecciones del 28 de julio, Maduro se proclamó vencedor en un proceso ampliamente señalado como fraudulento.
El papel del embajador Milton Rengifo
En Colombia, la posesión de Maduro desató un intenso debate político, especialmente por la participación del embajador colombiano en Caracas, Milton Rengifo, quien asistió al acto protocolario.
Durante la transmisión oficial, Rengifo fue captado estrechando la mano de Maduro, un gesto que generó rechazo entre varios sectores políticos.
La senadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático, expresó su descontento a través de redes sociales:
«Para vergüenza de la historia de Colombia, ahí está el embajador de Petro en Caracas, emocionado dándole la mano al genocida Maduro», escribió.
Por su parte, el representante Andrés Forero también criticó duramente al gobierno de Gustavo Petro: «El gobierno de Gustavo Petro dice presente en la espuria toma de posesión de Maduro con el embajador Rengifo. La historia no olvidará que pudiendo apoyar al pueblo de Venezuela y la democracia, Petro se puso del lado de la dictadura y la represión», aseguró.
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Reacción de la oposición venezolana
Desde Venezuela, el expresidente interino Juan Guaidó reiteró su postura sobre la ilegitimidad de Maduro y defendió el triunfo electoral de González.
«El presidente de Venezuela es Edmundo González. Maduro solo confirma su usurpación y el golpe de Estado que dieran el 28 de julio. La fuerza que pretenden demostrar hoy es relativa, el pueblo de Venezuela habló, habrá justicia», declaró.
En otra publicación en su cuenta de X, Guaidó enfatizó:
«Es la primera vez y será la última que un payaso habla desde el salón elíptico del palacio federal. Va a haber justicia».
El acto de investidura de Maduro ocurre en un contexto de alta polarización y rechazo internacional. Mientras sectores de la comunidad internacional han desconocido su legitimidad, otros gobiernos, como el de Colombia, han optado por mantener relaciones diplomáticas con el régimen venezolano.
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