Sin importar la lluvia o las frías madrugadas, más de 100 familias en Neiva se dedican al reciclaje en las calles de la capital opita. Personas de bajos recursos buscan su sustento diario entre los desechos y basuras. El gremio pide mejorar la cultura ciudadana, y que los neivanos les ayuden a separar el material aprovechable en una bolsa blanca, para facilitar su labor.
DIARIO DEL HUILA, NEIVA
Por: Leidy Catalina Durán Vásquez
Los recuperadores de oficio en Neiva, es uno de los gremios que poca visibilidad se le ha dado a nivel general, además de las necesidades y problemáticas que tienen para ejercer su trabajo.
Son más de 10 asociaciones legalmente constituidas que se encuentran en Neiva realizando esta labor en la capital opita.
Según Elena Torres, representante legal de la recuperadora ALAPE es poca la ayuda que reciben de los gobiernos departamentales y locales, el trabajo que realizan es independiente y con lo que se pueda.
“Nosotros trabajamos de manera independiente con los recicladores. Digamos que apoyo gubernamental no se ve tan marcado, porque de todas formas ellos tienen intención de pronto de tener acercamiento con los recicladores, pero más allá de llevar un control de qué es lo que ellos reciclan, qué rutas manejan, qué frecuencia, pues no hay un apoyo mayor”, sostuvo la representante legal de la recuperadora ALAPE.
También menciona que en temporada de lluvias intensas la situación se agudiza porque podrían empeorar “los cartones, papeles, plásticos y demás elemento reciclaje que sacan a las vías los miles de familias, se mojan y pierden el valor comercial.

Un reciclador usualmente reúne entre 60 o 70 kilos de reciclaje diario, depende de la zona y del clima.
“Nosotros trabajamos de manera independiente, por ejemplo, la recuperadora ALAPE lo que aporta es prestarles el medio de trabajo, que es la zorrita que ves de tres llantas que normalmente manejan, un uniforme básico que es un busito, cachuchita, y ya, básicamente eso es, pues ellos obviamente tienen la atención acá directa”, dijo Torres.
Actualmente hay 100 familias trabajando en la recuperadora ALAPA, donde la mayoría de las personas son de escasos recursos, que reside en asentamientos, madres cabeza de familia y personas en condición de calle.
“Nosotros en este momento tenemos alrededor de 100 familias trabajando con nosotros. la mayoría son de escasos de recursos, por no decir que todos, son personas que siempre se han encontrado en estado de vulnerabilidad, ya nosotros trabajamos con madres cabezas de familia, con personas adultas, mayores por decirlo de esta manera, adultos que no tienen otra esperanza de trabajo en otro medio, también trabajamos con habitantes de calle, consumidores, entonces sí, son personas que se encuentran en un estado de vulnerabilidad, pues casi que al 100%”, dio a conocer la representante legal.
La empresa está ubicada en la Comuna 10 de Neiva, en el barrio Las Palmas, por ende, la mayoría de las familias que laboran en este oficio, son de barrios y zonas aledañas, muchos de escasos recursos.
“Son personas que viven en barrios de escasos recursos, invasiones, Palmas II, Palmitas, Palmas, Machines, Oro Negro, o sea, nosotros estamos ubicados en las Palmas, por ende, casi toda la población que se acerca a nosotros es de la zona oriente y pues digamos que de estos barrios aledaños que siempre son de escasos recursos”, argumentó Elena.
Día a día de un reciclador
Como lo relata la mujer, el día a día de ellos es levantarse tipo 2 o 3 de la mañana, dirigirse a la bodega por su carrito, ‘su zorrita’ y empezar a revisar las basuras.
Además, menciona que se supone que en Neiva y Colombia como tal ya deberían estar haciendo la clasificación del material aprovechable y ponerlo en su bolsita blanca, pero acá en Neiva eso todavía no se ve, por eso, los recicladores deben de ‘esculcar’ las basuras para sacar el material que les sirva.
“Eso a la hora del té no es tan real, es más lo que los recicladores tienen que esculcar en las basuras, meter sus manitas en material nada chévere como papel higiénico, desechos orgánicos y clasificar lo que para ellos es útil y prácticamente sería su sustento de vida”, manifestó.

Los recicladores salen a las 2 de la mañana, a trabajar y llegan a la bodega tipo 8 o 9 de la mañana y ahí inician a clasificar los materiales, pesan y venden su material.
“Ellos nos tienen que entregar el material ya clasificado, cada material tiene un valor económico, entonces ellos ya clasifican el cartón, pesan cuánto salió en cartón, que el plástico, que el vidrio, cada uno tiene una clasificación económica y pues, por ende, se debe comprar como separado y nosotros hacemos el ejercicio como tal de comprarles el material. Y aquí nosotros continuamos con el proceso ya de limpieza, de compactar y transportar directamente a la industria o a terceros que ya son mayoristas”, relató la mujer.
Las rutas
En Neiva chatarrerías hay muchísimas, pero que cumplan con la ‘Estación de Clasificación y Aprovechamiento’ de residuos sólidos- ECA como tal que estén cumpliendo con los requisitos mínimos hay alrededor de unas 10 o 12 que estén activas en este momento.
“Ellos tienen sus rutas, ya saben por dónde les va mejor y cada quien maneja como unos barrios establecidos, no es que digamos se digan no, yo voy a pasar por aquí, esta es mi zona y nadie puede pasar porque recicladores hay muchos y no solamente de esta bodega, y pues que a la hora lo que hay en la calle es libre para cada uno, pero entonces sí hay por ejemplo recicladores que sí tienen un condominio establecido y que ya básicamente es su zona, pero cuando hablamos de la calle de las cuadras y si tienen una ruta más o menos frecuente cada uno, algunos van por el centro, otros van por acá por la zona oriente, otros alcanzan a desplazarse hasta el sur y volver, pero entonces de manera libre, sin embargo, hay algunos que ya tienen establecidos unos condominios que ya han pedido su permiso y les dejan entrar al sur y ellos entran como en un compromiso de trabajo, por ejemplo, el administrador les permite el ingreso, pero ellos quedan con la condición de que pues hacen su clasificación y deben dejar limpio el sur, entonces es como una contraprestación que ellos hacen como en agradecimiento al reciclaje que sacan del condominio”, explicó Elena Torres.
La importancia de la clasificación
Desde el 1 de enero de 2021, en todo el territorio nacional, la separación de residuos en la fuente debería ser en recipientes de color blanco, negro y verde, sin embargo, en Neiva, esta regla todavía no se aplica del todo.
Por tal motivo, Elena hace un llamado a todos los ciudadanos a que por favor tomen más conciencia de las personas que realizan están labor y que de cierta manera les ayuden a que su trabajo sea aún mucho más digno, ayudándoles a clasificar los materiales en una bolsa blanca como lo reglamenta la ley.
“Quiero pedirle a la gente que nos está leyendo que mejoremos nuestra cultura ciudadana, que nada más por cumplimiento, pero pues más como por ciudadano, empecemos con la clasificación desde casa y así podamos mejorar la calidad de vida de los recicladores, que para ellos sea más fácil poder llegar al material y no tener que mezclar sus manitos con material nada agradable, que eso no es calidad de vida, que lo hacen porque pues es su único sustento y básicamente de eso viven, pero que nosotros desde casa podemos contribuir para mejorarles la calidad de vida”, concluyó la representante legal de la empresa ALAPE.
Con la unificación del código de colores a nivel nacional, los prestadores de los servicios de recolección, aprovechamiento y tratamiento de residuos podrán hacerlo de forma más eficiente y la tarea de separación de residuos en la fuente será más fácil ya que si un ciudadano se desplaza de una ciudad a otra, los colores a usar serán los mismos.

Los colores son:
Blanco: residuos aprovechables limpios y secos, como plástico, vidrio, metales, papel y cartón.
Negro: residuos no aprovechables como el papel higiénico; servilletas, papeles y cartones contaminados con comida; papeles metalizados, entre otros. En esta bolsa o recipiente también deberán disponerse los residuos COVID-19 como tapabocas, guantes, entre otros.
Verde: residuos orgánicos aprovechables como los restos de comida, residuos de corte de césped y poda de jardín, etc.
Con este nuevo código de colores se espera incrementar el índice de separación en la fuente y que esto se refleje en el cumplimiento de las metas ambientales del país, no solo en materia de gestión integral de residuos sólidos sino además en metas como la reducción del 51 % de las emisiones de carbono al 2030.








