Ruber Bustos Ramírez
El precio del café en Colombia no se define al azar.
Este depende principalmente de tres variables: el precio internacional en la Bolsa de Nueva York, la tasa representativa del mercado (TRM) —es decir, el valor del dólar frente al peso colombiano— y la prima de calidad que recibe el café colombiano. Gracias a la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), los productores cuentan con la garantía de compra, un mecanismo que asegura que siempre podrán vender su café a un precio oficial, evitando intermediarios que se aprovechen.
Uno de los factores clave es la prima de calidad, que es un pago adicional que reciben los productores por entregar un café de alta calidad. Esta prima reconoce atributos como aroma, acidez balanceada y buen perfil en taza.
En la actualidad, muchas cooperativas y compradores internacionales valoran esta calidad, y por eso el café colombiano suele recibir un diferencial positivo frente a otros orígenes. Este incentivo es vital para que los caficultores sigan apostando por la excelencia y puedan mejorar sus ingresos, incluso cuando los precios internacionales bajan.El precio internacional del café, que se negocia en la Bolsa de Nueva York, ha tenido una tendencia a la baja en las últimas semanas.
Este comportamiento está asociado principalmente a las expectativas de una buena cosecha en Brasil, especialmente en la región de Minas Gerais. La mayor oferta mundial hace que los compradores proyecten precios más bajos, ya que habrá más disponibilidad de café en el mercado.
Este fenómeno afecta directamente el cálculo del precio interno en Colombia.
Otro factor determinante ha sido la tasa representativa del mercado. En los últimos días, el peso colombiano se ha fortalecido de manera significativa frente al dólar. El pasado 2 de julio, el dólar cerró por debajo de los $4.000, algo que no ocurría desde hace años.
Este fortalecimiento del peso significa que, aunque el café se venda en dólares, al convertirlo a pesos colombianos el productor recibe menos dinero.Así, aunque el precio internacional puede mantenerse relativamente estable en dólares, la caída del dólar frente al peso colombiano reduce el precio interno que recibe el caficultor. Por ejemplo, la carga de 125 kg de café pergamino seco, que semanas atrás estaba cerca de los $3 millones, ahora ronda los $2.300.000.A pesar de este panorama, la garantía de compra que ofrece la FNC sigue siendo una protección esencial para los productores, asegurando que siempre haya un comprador y que no queden expuestos totalmente a la volatilidad del mercado.
Además, la prima de calidad sigue siendo una herramienta clave para mejorar el precio final.Mantener altos estándares y acceder a programas de cafés especiales permite amortiguar el impacto de la caída en el precio internacional y el efecto del dólar. Así, el caficultor no solo garantiza su venta, sino que también puede aspirar a mejores ingresos en un mercado cada vez más competitivo y cambiante.Conservar la calidad y ser productivos compensa los bajos precios.
Y aunque se prevé que la ola invernal afecte la segunda cosecha en el Huila, es momento de prepararse: ahorrar en lo posible, sembrar en la finca lo que consumimos, cuidar los recursos y pensar en prácticas sostenibles. Con pequeñas acciones diarias es posible mitigar los impactos económicos y climáticos. El esfuerzo de hoy es el respaldo del mañana.
