La salud del Papa Francisco presenta una leve mejoría, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede en su más reciente actualización.
El Sumo Pontífice no presenta fiebre, mantiene parámetros hemodinámicos estables y ha podido retomar sus actividades, aunque sigue bajo observación médica debido a episodios de neumonía.
Desde el pasado 14 de febrero, Francisco se encuentra bajo cuidados médicos en el hospital Gemelli de Roma, donde ha sido monitoreado de cerca por su equipo de especialistas. A pesar de los problemas respiratorios, el Papa sigue respirando de forma independiente y su estado cardíaco no presenta complicaciones.
Renuncia anticipada ante posibles complicaciones
Aunque la evolución de su salud es favorable, el Papa Francisco ya tiene firmada una carta de renuncia, en caso de que su condición empeore y le impida continuar con sus funciones.
El propio Francisco reveló en diciembre de 2022 que, por precaución, dejó su dimisión firmada hace más de una década. En una entrevista con el diario español ABC, explicó que en 2013 entregó el documento al entonces secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, con la instrucción de que fuera utilizada en caso de un impedimento médico grave.
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«Yo la firmé y le dije: ‘En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen’», recordó el Pontífice en aquella ocasión.
Desde hace años, Francisco ha afrontado problemas de movilidad, especialmente por un problema inoperable en la rodilla, lo que lo ha llevado a usar una silla de ruedas en diversas apariciones públicas. En varias oportunidades ha manifestado que, si su estado de salud no le permite gobernar la Iglesia, está dispuesto a renunciar, siguiendo el ejemplo de su predecesor, Benedicto XVI, quien en 2013 dejó el papado por razones de salud.
«Creo que a mi edad y con esta limitación, tengo que preservarme un poco para poder servir a la Iglesia. O, alternativamente, pensar en la posibilidad de dar un paso al costado», señaló en aquella entrevista.
Por ahora, el Papa continúa con su agenda y mantiene contacto con sus colaboradores más cercanos, mientras sigue bajo observación médica para evitar recaídas.
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