Diario del Huila

El lujo de volar

Ago 7, 2025

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Colombia es un país con una geografía muy complicada que combina montañas, selvas, desiertos y zonas que, aún en el 2025, siguen desconectadas del resto del país. Y debido a esta desconexión pienso que hoy por hoy la aviación no debería verse como un lujo que pocos se pueden dar, sino como una necesidad básica de transporte que garantice la integración, el desarrollo y el acceso a servicios para millones de colombianos. Sin embargo, volar dentro del país sigue siendo costoso, limitado, y para muchos ciudadanos simplemente inaccesible.

Es cierto que operar una aerolínea como Avianca o Latam no es para nada barato. Estas empresas invierten miles de millones de dólares en flotas, mantenimiento, personal, combustible y tecnología. Y además enfrentan impuestos, tasas aeroportuarias y márgenes de maniobra reducidos, y como empresario no pretendo ignorar esas realidades. Pero también es cierto que una mayor apertura a la competencia, incentivos adecuados y un enfoque más social desde la política pública podrían transformar la conectividad aérea en Colombia.

Una de las primeras cosas que llamó mi atención cuando llegué a vivir a Europa hace 10 años fue el transporte aéreo. Tomar un vuelo internacional de Madrid a Lisboa puede costar menos de 80 mil pesos con aerolíneas como Ryanair. Y no es que Europa tenga una infraestructura más sencilla o menos exigente que la nuestra, pero sí un modelo muy diferente. La competencia allá es fuerte, y eso más la eficiencia operativa y el enfoque en la masificación del servicio han permitido que volar allá sea, en muchos casos, más barato que tomar un bus de Neiva a Bogotá.

En cambio, en Colombia, moverse entre dos ciudades secundarias puede costar 600.000 pesos o más. Muchas veces, solo hay una o dos aerolíneas cubriendo ciertas rutas, y los precios los define la escasez de opciones. Esto deja a regiones enteras con conectividad limitada, espanta al turismo interno y profundiza las brechas entre el centro del país y sus periferias.

Si bien hace 50 años este medio de transporte era un lujo los tiempos han cambiado, y pienso que en pleno 2025 la aviación debería ser una herramienta de cohesión nacional, no un símbolo de exclusión. Más aerolíneas, incluso de bajo costo, incentivadas por el Estado para cubrir rutas estratégicas, por ejemplo reduciendo sus impuestos por un tiempo determinado, sin duda dinamizarían las regiones más apartadas, mejorarían la competitividad del país y le daría a millones de colombianos la posibilidad de moverse por su propio territorio de manera rápida y segura.

Este Gobierno y los venideros necesitan pensar el transporte aéreo como parte esencial de su política de equidad territorial. No solo se trata de atraer nuevas aerolíneas, sino de crear condiciones reales para que operar aquí sea sostenible y atractivo, sin que eso implique que los pasajeros paguen tarifas altísimas. Un país moderno se mide también por cuán fácil y rápido es moverse dentro de él.

En esta época digital donde todo avanza tan rápido, volar no debería ser un privilegio. En una Colombia con tantas necesidades de integración, debería ser parte del derecho a habitar dignamente el territorio.

Con el aroma de un café 100% colombiano, los saludo,

Santiago Ospina López

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