La reciente caída del proyecto de ley de financiamiento en el Congreso dejó al descubierto las profundas fallas del sistema tributario colombiano. Jairo Orlando Villabona, director de la Dian, alertó sobre la evasión fiscal, que le cuesta al país más de 100 billones de pesos anuales, y la urgencia de una reforma estructural para asegurar recursos que financien programas sociales esenciales como salud y educación.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
La reciente caída del proyecto de ley de financiamiento en el Congreso de la República ha desatado una fuerte reacción por parte de Jairo Orlando Villabona, director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), quien alertó sobre el grave impacto que esta decisión tendrá en las finanzas del país y en la ejecución de programas sociales cruciales para la población colombiana. Según Villabona, la evasión fiscal representa una pérdida de más de 100 billones de pesos anuales para la nación, una cifra que pone en evidencia la necesidad urgente de una reforma tributaria estructural.
El proyecto de ley de financiamiento, que se presentó como una solución para recaudar hasta 9,8 billones de pesos y financiar el Presupuesto General de la Nación (PGN) de 2025, se centraba en acciones para combatir la evasión y transformar el sistema tributario en uno más progresivo y equitativo. Sin embargo, el Congreso no aprobó varias de las medidas propuestas, lo que, según el funcionario, afecta directamente a los colombianos, ya que profundiza la falta de recursos para áreas clave como salud, educación e infraestructura.
La evasión fiscal: una de las principales amenazas para la economía
Colombia enfrenta un problema de evasión fiscal monumental, que impide al país contar con los recursos necesarios para financiar su desarrollo. Villabona destacó que la evasión fiscal representa más de 100 billones de pesos que el Estado deja de percibir cada año. Esta cifra subraya la urgencia de implementar medidas eficaces para frenar este fenómeno y garantizar que los ciudadanos y empresas cumplan con sus obligaciones fiscales.
En su propuesta, el gobierno planteaba recompensas por denuncias de evasión y contrabando, así como la limitación del uso de efectivo para pagos superiores al 20% en deducciones fiscales. Además, la medida contemplaba la eliminación de las deducciones fiscales para aquellos que no estuvieran al día con sus impuestos, un enfoque que Villabona considera esencial para frenar la evasión y garantizar mayor justicia tributaria.
El proyecto de ley
El proyecto también planteaba la imposición de impuestos a las apuestas en línea, así como gravámenes a los bienes suntuarios que los empresarios deducían de los costos de las empresas sin relación con el objeto social de estas. Estas medidas, que buscaban hacerle frente a prácticas de evasión comunes, fueron rechazadas en el Congreso. Para Villabona, es incomprensible que se haya bloqueado una propuesta que buscaba incrementar la transparencia fiscal en sectores clave.
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Además, la reforma planteaba incentivos para el turismo y la energía renovable, como la exención de IVA para hoteles en más de 1.000 municipios del país y un bono para inversiones en fuentes de energía renovables. También se proponía la reducción progresiva del impuesto de renta para empresas, con el fin de fomentar la competitividad y el crecimiento económico, particularmente para las micro y pequeñas empresas.
El Régimen Simple de Tributación: un fracaso que necesita ser corregido
Uno de los puntos más polémicos de la reforma era la eliminación del Régimen Simple de Tributación (RST), una figura que ha permitido a profesionales independientes y pequeñas empresas pagar menos impuestos de lo que deberían. Villabona subrayó que el RST no ha cumplido su propósito de formalizar a los pequeños empresarios, ya que muchos de los inscritos en este régimen no presentan sus declaraciones de renta y no están debidamente formalizados.
El llamado a una reforma tributaria estructural
Villabona insistió en que el sistema tributario de Colombia necesita una reforma estructural profunda. El actual modelo fiscal es ineficiente, regresivo y lleno de exenciones fiscales que benefician a pocos sectores económicos, lo que reduce significativamente el recaudo. De acuerdo con el Banco Mundial, el país tiene una de las cargas fiscales más bajas de América Latina, con solo un 14,4% del PIB recaudado por impuestos, una cifra inferior a la de países como Chile, Italia y Dinamarca.
El director de la Dian enfatizó que la falta de progresividad en el sistema tributario colombiano impide que las rentas más altas contribuyan de manera proporcional al bienestar común. En lugar de que las grandes empresas paguen impuestos progresivos, muchos sectores económicos disfrutan de beneficios fiscales, lo que distorsiona la equidad fiscal y perpetúa la desigualdad.
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