Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Hablaba en estos días con un gran amigo, que el vallenato como género musical llegó al interior del país inicialmente como música de burdel o de cantina, pero rápidamente fue ganando espacios gracias a la belleza de sus letras y a la versatilidad de sus diferentes exponentes, convirtiéndose así en uno de los géneros musicales más escuchados en todo el territorio nacional.
Es importante reconocer que esos grandes juglares de la costa norte colombiana, quienes convirtieron sus poemas en canciones, lograron cautivar el corazón de la población, ascendiendo por las ramas de las clases sociales, llegando hasta lo más granado de la oligarquía del país, lo cual condujo a posicionar el festival vallenato como las fiestas más apetecidas por la jay lay criolla.
Otro género musical que en el pasado solamente se escuchaba en cantinas, billares, galleras, canchas de tejo y lugares por el estilo, muy de los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, Antioquia y parte del Valle, inició una fuerte expansión por toda Colombia, llegando al corazón de los jóvenes y del público en general, convirtiéndose en un estilo que en el pasado nadie pensaría que llegaría a alcanzar tal importancia en este ecosistema artístico musical.
Intérpretes y compositores de música popular en este país hay muchos y muy destacados, y cada día surge un talento nuevo con su propio sello, y eso me parece estupendo porque en algún momento la música popular logra unir a los de palco diamante con los de general en un solo coro y una sola borrachera.
Y así vemos desfilar por la tarima a Pipe Bueno, Jessi Uribe, Paola Jara, Yeison Jiménez, Arelys Henao y a muchos más; pero se nos olvida que en el Huila existen talentos de exportación, con elegante presencia, hermosa voz y gran estilo; me refiero a Sergio Sáenz, Eddy Esquivel y Dúver Santibáñez.
A los tres los he visto en tarima, he observado sus video clips y me he deleitado con su música, y puedo decir francamente que estos tres cantautores están al nivel de cualquiera de los mencionados anteriormente.
A Sergio Sáenz lo vi por primera vez cantando y tocando guitarra en una banda juvenil de rock en español, luego lo escuché en una agrupación folclórica e interpretando el requinto, y más adelante cantando maravillosamente la música del pueblo. Este joven profesional opita es un destacado folclorista de la región, músico integral y un excelente docente.
A Eddy Esquivel lo conocí en una época en que fui gerente de la Organización Radial Olímpica S.A., laborando al lado de uno de los más grandes directores musicales y artísticos que ha tenido la radio en este territorio, me refiero a Rito Antonio Polo. Eddy llegó buscando espacios para promocionar su talento y allí pude ser testigo de sus capacidades como intérprete y como compositor, sin nada que envidiarle a los más conocidos de esta época.
Y, en tercer lugar, quiero mencionar a Dúver Santibáñez, poseedor de una fuerza vocal con una calidad impresionante y una gran facilidad para componer sus propias canciones.
Los tres juntos son unos artistas admirables que merecen todos los aplausos, ojalá prontamente puedan escalar por los peldaños de la carrera musical y pueda verlos triunfar como merecen.
