Por Sergio Trujillo,
Diputado Asamblea del Huila
El Festival del Bambuco en San Juan y San Pedro es mucho más que una celebración. Es una manifestación viva del alma huilense. Es el momento del año en que nuestras calles se llenan de color, música, tradición y orgullo; cuando familias enteras se acomodan en andenes, balcones o graderías para ver pasar comparsas, carrozas, bandas y reinas que nos recuerdan lo bello que es ser parte de esta tierra.
Aquí, donde nace el río de la patria, celebramos con alegría auténtica. Nos emocionamos con la majestuosidad del Sanjuanero Huilense, ese baile que resume nuestra historia y nuestra identidad y que jamás nos cansaremos de escuchar. Reímos con las rajaleñas, cantamos con las bandas, admiramos el trabajo de artesanos, carroceros y tejedoras que dan forma a sombreros de pindo y al tradicional sombrero suaceño. En cada detalle hay esfuerzo, talento y memoria.
Y claro, el sabor huilense también es protagonista. Porque no hay festival sin lechona, sin asado huilense, sin achiras ni mistela. Porque brindamos con Doble Anís, no solo por tradición, sino porque nos representa. Y porque nuestra cocina también cuenta historias: las de nuestras abuelas, las de los mercados campesinos, las de cada rincón del departamento.
El Huila que celebramos en estas fiestas también es el del café, ese grano que nos hace sentir orgullo en cada taza. No solo somos los primeros en producción en Colombia, sino que nuestra calidad ya se reconoce en el mundo. ¡Qué honor ser parte del corazón cafetero del país!
Y cómo no mencionar nuestras joyas culturales: la chiva de Pitalito, emblema de nuestro arte popular; o nuestros escritores, como José Eustasio Rivera, que con «La Vorágine» nos dio voz nacional, y los contemporáneos Gerardo Meneses, considerado el mejor autor de literatura infantil del continente, o Wíston Morales, cuyas obras han sido traducidas a varios idiomas. Ellos también nos representan, desde la palabra.
Este es el Huila que me encanta y me apasiona. El que disfrutamos con orgullo y con el que nos identificamos en lo profundo del alma. Un departamento de gente buena, alegre, trabajadora y creativa. De paisajes diversos y memorias vivas. De pasado glorioso, presente vibrante y futuro muy prometedor.
Hoy, desde mi responsabilidad como diputado de la Asamblea del Huila, pero también como hijo orgulloso de esta tierra, me uno a la celebración que nos hermana y nos proyecta. Y aprovecho para dar la bienvenida, con el corazón y los brazos abiertos, a los cientos de turistas que este fin de semana nos visitan para deleitarse con las maravillas del Huila y la calidez de su gente. A todos ellos le digo con orgullo: Bienvenidos y que viva el Festival del Bambuco, que viva mi Huila Grande.
