Diario del Huila

El gran impacto de las decisiones en las relaciones internacionales

Ene 28, 2025

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Por: Sebastián Prieto

El reciente caos diplomático entre Colombia y Estados Unidos, generado por la negativa del presidente Gustavo Petro a recibir vuelos con deportados colombianos, ha desnudado la fragilidad y las complejidades de las relaciones entre ambos países. Esta decisión, que inicialmente buscaba enviar un mensaje de dignidad hacia los connacionales, terminó convirtiéndose en un factor de tensión política y económica de gran magnitud, afectando incluso la estabilidad de la balanza comercial.

La postura del presidente Petro, aunque entendible en su intención de garantizar un trato digno a los deportados, desató una reacción inmediata y agresiva por parte del gobierno de Donald Trump, quien impuso aranceles de emergencia del 25% a las importaciones colombianas y amenazó con aumentarlos al 50% en cuestión de días. Adicionalmente, la implementación de restricciones de viaje y la revocación de visas para funcionarios colombianos intensificaron la crisis, dejando a Colombia en una posición de vulnerabilidad frente a su mayor socio comercial.

Es importante recordar que Estados Unidos es el principal destino de las exportaciones colombianas, representando más del 25,8% de las ventas externas del país. Productos clave como el café, las flores, los textiles entre otros habrían sido gravemente afectados por la imposición de estos aranceles, no solo golpeando a los grandes exportadores, sino también a miles de pequeños productores que dependen de estos sectores para su sustento. En un contexto de creciente incertidumbre económica global, este tipo de tensiones comerciales pueden desencadenar un efecto dominó sobre el empleo, la inversión extranjera y la estabilidad macroeconómica de Colombia.

A nivel político, la decisión de Petro generó un debate interno polarizado. Si bien la mayoría de los actores políticos colombianos rechazaron las medidas unilaterales de Trump, pocos respaldaron la forma desafortunada en la estrategia de confrontación del presidente Petro. Esto genera interrogantes en la falta de una visión clara sobre cómo manejar relaciones tan desiguales como las que se tienen con Estados Unidos.

Finalmente, tras horas de negociaciones, Colombia aceptó recibir a los deportados sin restricciones, incluyendo aquellos transportados en aviones militares, lo que permitió a Estados Unidos suspender el incremento de  aranceles. Sin embargo, este desenlace dejó una sensación de derrota diplomática para Colombia, pues si bien se evitó un daño mayor a la economía, quedó claro que el margen de maniobra frente a un socio tan poderoso es limitado.

Para Colombia, resalta la necesidad de construir una política exterior estratégica y cohesionada, que no solo responda a las coyunturas, sino que también busque fortalecer las relaciones bilaterales desde una perspectiva de cooperación y mutuo respeto. Para Estados Unidos, debería ser una oportunidad para reflexionar sobre el impacto a largo plazo de las decisiones punitivas, que, aunque efectivas en el corto plazo, deterioran la confianza y el respeto mutuo entre las partes.

El impacto de las relaciones diplomáticas trasciende las fronteras y afecta directamente la vida de millones de personas. En este caso, los más afectados no fueron ni los presidentes ni los grandes empresarios, sino los miles de pequeños productores que hubieran quedado sin garantías ni oportunidades, al ver que su futuro estaba siendo amenazado por decisiones tomadas a miles de kilómetros de distancia. las relaciones internacionales deben basarse en el diálogo, la empatía y una visión de desarrollo compartido, y no en la confrontación y el uso de la fuerza económica como herramienta coercitiva.

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