ERNESTO CARDOSO CAMACHO
No es gratuito el que los medios de comunicación hayan denominado de esta manera, la presencia influyente en el congreso y en general en la dinámica política nacional del señor Benedety, dado que se trata del hombre de confianza del presidente Petro y quien conoce a plenitud como se mueven los intereses personales de los congresistas.
Lo lamentable es que con la aprobación en Cámara del proyecto de reforma a la salud se demuestra que su eficacia es tan grande, como la falta de integridad ética y moral de los representantes que siendo de partidos independientes o inclusive de oposición, se doblegaron ante las prebendas ofrecidas por el siniestro personaje.
Ahora el trámite pasará al senado donde al parecer habrá más firmeza de quienes han anunciado su voto negativo al proyecto, aun cuando puede haber sorpresas, pues muchos de los senadores también sobreponen sus intereses personales a los del interés público; y además, con seguridad los ofrecimientos de Benedety estarán al alza. Por otra parte, hay una circunstancia que podría ser influyente para facilitar la eficacia del personaje.
Me refiero a que muchos senadores por estar ya a la vista la próxima reelección, van a necesitar las consabidas fórmulas regionales de aspirantes a la cámara, ya sea de su propia reelección o en cuerpo ajeno, para asegurar los apoyos electorales regionales que le sumen a su exigente cifra repartidora en cada lista, pues como bien se sabe por ser el senado de circunscripción nacional, la vara estará cercana a los 80 mil votos ya sea en lista abierta o cerrada.
Ante estas realidades de la política clientelista y altamente corrupta, el gobierno también tiene su propia estrategia, consistente en estar amarrando los recursos presupuestales que se canalizan a través de gobernadores y alcaldes, los cuales pertenecen a las cuerdas de los congresistas, hecho que sin duda será utilizado como siempre ha sido para ayudar a la financiación y a la vulgar compra de votos que acostumbran las maquinarias electorales.
En estas circunstancias, los partidos de oposición van a tenerla más difícil para competir por la composición del próximo congreso, al tiempo que los “independientes” y desde luego los de gobierno, van a tener claras ventajas en estas materias.
Así mismo, la elección presidencial subsiguiente podría estar influenciada ante la opinión ciudadana en relación con los resultados de congreso.
La única real esperanza para que esta perversa estrategia no rinda los frutos esperados, solamente se percibe en que los partidos de oposición integren las listas a congreso, especialmente de cámara, con figuras representativas, honestas y transparentes, donde no figuren los mismos de siempre y que ojalá sean escogidas mediante la participación directa de los militantes en las consultas internas de los partidos ya convocadas para el mes de octubre próximo por el C.N.E
Si se trata de defender la democracia, hay que acudir a ella siendo coherentes, pues nada se logrará incurriendo en la desgastada práctica del bolígrafo para que los jefes de turno señalen a quienes habrán de figurar en tales listas a la cámara.
El pulso por la representación popular tiene que ser en democracia, es decir, sin exclusiones ni imposiciones, otorgando oportunidades a los nuevos liderazgos para sepultar de una vez por todas las roscas, el clientelismo y la corrupción en que se están ahogando los partidos, pero que además con tales mañas de la politiquería le abren espacios a los movimientos y partidos emergentes que, como el petrismo que estamos padeciendo, esta resultando peor el remedio que la enfermedad.
Mientras los políticos de siempre juegan a la politiquería clientelista las necesidades sociales crecen y el Estado ineficiente y corrupto no las atiende con eficacia. Allí radica en buena parte la tragedia nacional.
Con Bendety el presidente Petro se juega una estrategia peligrosa. Por una parte, puede conseguir la aprobación de la reforma a la salud, pero por otra parte su implementación puede llegar a generar una gran crisis del sector donde la vida y la salud de los colombianos puede resultar siendo la gran crucificada.








