Como estaba previsto, el gobierno nacional promulgó el Decreto 639 del 11 de junio del presente año, por medio de la cual se convoca a una Consulta Popular, sin tener en cuenta el concepto de favorabilidad del Senado de la República, porque fue negada por 49 votos a favor y 47 por el No. En sus famosos acostumbrados discursos incendiarios a que tiene acostumbrado a la minoría de la población, que le toca transportarla mediante el pago de chivas y viáticos, en Cali oficializó la expedición de este Decretazo, que, de acuerdo con los conceptos emitidos por expresidentes de las Cortes y ex integrantes de éstas, es inconstitucional porque desborda y va en contravía de toda la legislación vigente. El presidente de la República, con su equipo de gobierno, no tiene respeto por los demás poderes públicos del Estado Colombiano. Quieren ser Juez para dictaminar su legalidad, Congreso de la República y desempeñar funciones de los altos Tribunales. Con ello desvía la atención de los crecientes actos terroristas que han venido ocurriendo en los departamentos del Cauca, Valle y otras regiones del país, cuyos habitantes se encuentran totalmente desamparados del apoyo de las instancias nacionales, y que ni siquiera se ha referido sobre el accionar gubernamental que va a adoptar para brindarles el apoyo a estas familias y demás actores que lo perdieron todo, producto de la fracasada Paz Total, que tiene atemorizada y amenazada a la población de las dos terceras partes de los municipios del país, que se encuentran bajo el yugo de la criminalidad.
La opinión pública, espera que la justicia impere y defienda la democracia del país. Estamos viviendo momentos muy críticos. La institucionalidad está en cuidados intensivos. En medio de esa retórica barata, que solo se lo creen sus áulicos, anunció la convocatoria de una Asamblea Constituyente, para buscar la reelección permanente y consolidarse como un dictador como ocurre en Nicaragua, Venezuela y Cuba. Va a ser muy difícil que eso ocurra aquí en Colombia. Debe aterrizar a la realidad. Su ineptitud e incapacidad para manejar los asuntos de Estado, lo están dejando muy mal parado. Toda la oposición se ha unificado en bloque para impedir que ésto ocurra. La sociedad colombiana, se ha dado cuenta oportunamente de las maquiavélicas intenciones que tiene el primer mandatario de los colombianos. Nos duele mucho la situación que estamos viviendo.
El miércoles anterior, se notó la baja asistencia a las marchas convocadas por las centrales obreras para respaldar dicha iniciativa gubernamental en las principales ciudades del país. Ese es ya un termómetro de lo que va a suceder en las próximas elecciones. Igualmente sucede con los congresistas que le han aprobado y que todavía por debajo de la mesa han venido respaldando sus iniciativas, pueden verse afectados por el constituyente primario, que les puede pasar factura.
