A pesar del alto precio internacional del grano, los cafeteros insisten en que no hay una bonanza real. Mientras la producción global enfrenta desafíos climáticos, el debate sobre el manejo del Fondo Nacional del Café toma fuerza. ¿Quién controla realmente los recursos y cuál es el futuro de esta industria?
DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
El café colombiano, reconocido mundialmente por su calidad y suavidad, atraviesa un momento crucial en su historia. A pesar del aumento en los precios internacionales, los cafeteros colombianos insisten en que el país no está experimentando una bonanza cafetera. Factores climáticos y políticos, junto con la administración del Fondo Nacional del Café, juegan un papel determinante en la estabilidad de la industria.
Un precio alto, pero sin bonanza cafetera
El precio de la libra de café en la Bolsa de Nueva York alcanzó los 3,92 dólares el pasado viernes, un valor atractivo a primera vista. Sin embargo, este incremento responde a una crisis en la oferta mundial de café, no a un crecimiento sostenido de la industria colombiana.
Brasil, el mayor productor de café del mundo, enfrenta un declive en su cosecha debido a condiciones climáticas adversas. Según la Compañía Nacional de Abastecimiento de Brasil, la producción cerró en 54,2 millones de sacos de 70 kg, un 1,6 % menos que en 2023. Heladas, sequías y altas temperaturas han reducido la producción.El panorama se agrava con la caída del 41 % en las exportaciones de café de Vietnam, el segundo productor mundial, según datos de Market Screener.
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Además, Indonesia, tercer mayor productor, enfrenta el Fenómeno de El Niño, que ha afectado gravemente la cosecha con sequías extremas y lluvias torrenciales.En Etiopía, la cuna del café arábigo, el cambio climático también está afectando la producción. Según el informe Coffee Barometer (2023), las variedades de café cultivadas allí son muy sensibles a las variaciones climáticas, lo que impacta la calidad del grano y reduce las áreas aptas para el cultivo.
El Fondo Nacional del Café: administración y tensiones con el Gobierno
Uno de los temas clave para el futuro del sector es la administración del Fondo Nacional del Café, una cuenta pública que maneja recursos parafiscales provenientes de la contribución cafetera, actualmente en 0,06 centavos de dólar por libra exportada. Este fondo es administrado por la Federación Nacional de Cafeteros en virtud de un contrato con el Gobierno que se renueva cada cuatro o diez años.
El contrato actual vence el 10 de julio de 2026, y el presidente Gustavo Petro ha manifestado su intención de renovarlo antes de esa fecha. Sin embargo, según Javier Bohórquez, miembro del Comité Nacional de Cafeteros, los cafeteros se niegan a firmarlo bajo las condiciones actuales. “Estamos temerosos de que no nos otorgue nuevamente el contrato”, advierte, pues de no renovarse, el manejo del fondo podría pasar a otra entidad, como el Ministerio de Agricultura.
Bohórquez también aclara un punto que ha sido fuente de confusión en el debate político: “El Fondo Nacional del Café no es plata del Gobierno, es pública, pero de los cafeteros. Son recursos parafiscales que no se pueden invertir en otra cosa que no sea el sector caficultor”.
Producción y consumo: el papel de Colombia en el mercado global
Colombia tiene 845.000 hectáreas de café sembradas y produjo 14 millones de sacos en 2023. Para este año, se espera que la producción sea similar, aunque existe el potencial de aumentar a 16 millones en el futuro.
En el mercado global, el café colombiano se enfrenta a la dominancia de Brasil y Vietnam. Mientras Brasil produce entre 55 y 65 millones de sacos anuales, con un 60 % de café arábigo y un 40 % de robusta, Vietnam cultiva principalmente café robusta, utilizado en mezclas y cafés solubles.
Colombia, en cambio, se especializa en café arábigo suave, lo que le permite mantener su reputación de calidad, pero también la hace vulnerable a cambios en la demanda global.
El futuro del café: una apuesta por el crecimiento del consumo
A pesar de los desafíos, el futuro del café colombiano sigue siendo prometedor. Un factor clave es el crecimiento del consumo global. China, por ejemplo, ha pasado de consumir 1 millón de sacos a 5 millones en los últimos años. Si la tendencia se mantiene, el mercado podría demandar hasta 60 millones de sacos adicionales en el futuro, lo que abriría nuevas oportunidades para los productores colombianos.En el país, el consumo también está en crecimiento. Actualmente, los colombianos consumen alrededor de 2,2 millones de sacos al año, una cifra que podría aumentar con iniciativas que promuevan el consumo interno.
El sector cafetero colombiano enfrenta un panorama desafiante pero lleno de oportunidades. La administración del Fondo Nacional del Café y la relación con el Gobierno serán aspectos determinantes en los próximos años.Mientras tanto, el precio internacional del café se mantiene alto debido a la reducción de la oferta global, pero los cafeteros colombianos insisten en que no hay una bonanza real.
La clave para el futuro estará en mejorar la productividad, fortalecer el consumo interno y aprovechar el creciente interés de mercados como China.

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