Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Este tema del que se habla por todas partes y que genera tanta preocupación en diferentes sectores de la sociedad, es sin lugar a dudas, uno de los problemas más graves que afronta la humanidad actualmente.
El calentamiento global, un enemigo silencioso que se fortalece día tras día, se produce por la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, principalmente a raíz de actividades como la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), la deforestación y la agroindustria. Estos gases, como el dióxido de carbono (CO₂) y el metano, atrapan el calor del sol, impidiendo que escape al espacio, lo cual genera un aumento progresivo de las temperaturas globales. Un proceso que se ha acelerado desde la revolución industrial del siglo XVIII.
El efecto invernadero incluye un proceso del que todos participamos de una u otra manera, afectando al planeta, como por ejemplo con la quema de combustibles fósiles para generar energía y para el transporte, la tala indiscriminada de bosques y la producción de alimentos (especialmente la ganadería), generadores de grandes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Una vez en la atmósfera, estos gases se suman a los que se liberan de manera natural, aumentando la concentración de los mismos. Como consecuencia de esto, la tierra absorbe la energía solar y emite más calor. Así las cosas, los mencionados gases de efecto invernadero en la atmósfera actúan como una manta, atrapando este calor que debería irradiarse al espacio y regresándose hacia la superficie terrestre, incrementándose de esta manera la temperatura promedio del planeta, conduciéndolo rápidamente hacia el peligroso y mortal, calentamiento global.
Lo que podemos ver en la mayoría de los casos, es que algunos remedios pueden ser más peligrosos que la misma enfermedad; por ejemplo, la proliferación de medios de transporte movidos por electricidad producida por baterías de litio, que son una fuente creciente de contaminación por el uso de químicos tóxicos; datos revelados por uno de tantos estudios realizados al respecto (Universidad Tecnológica de Texas).
De tal manera que, podemos releer a Charles Darwin para refrescar la memoria en cuanto al origen de las especies, echarle un vistazo a libros como “La Cuarta Revolución Industrial” de Klaus Schwab, para que entendamos realmente en dónde estamos y hacia dónde vamos, en medio de la disrupción generada por la inteligencia artificial, pero también echar un repaso a los estudios científicos realizados acerca del futuro del planeta y su deterioro, por razones de sobrepoblación, sobreproducción, contaminación y calentamiento global.
Sería muy interesante revisar las acciones que se están desarrollando a nivel global, a nivel país, a nivel territorial y a nivel local, a ver si en realidad se están gestionando acciones para frenar este fenómeno de cambio climático, o nos estamos quedando solamente en el análisis, el estudio, la reflexión y el informe. Eso sería como saber que uno tiene una enfermedad grave y va al médico solamente para que le informe cómo avanza el proceso de deterioro del organismo, pero no se inicia ningún tratamiento para detener el mal.
