DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
El fallecimiento de Nidia Quintero Turbay, a quien el país llamaba “doña Nidia”, nos rememora sus grandes gestas sociales en las que no sólo tuvo solidaridad sino constancia. Fue una gran mujer que irradió amor y compromiso. La conocí antes de ser primera dama de Colombia, a través de su hija Diana Turbay, con quien tuve el honor de laborar en la Revista Consigna, bajo la dirección de Jorge Mario Eastman. Madre e hija eran muy parecidas en su modo de ser, amables, sencillas, serviciales. Fueron muy “llaves”, como se dice en el argot popular. Entre las dos cumplieron el sueño de doña Nidia de crear a mediados de los años setenta, la Fundación Solidaridad por Colombia, una entidad sin ánimo de lucro, que de verdad le ha servido mucho a la gente desposeída de recursos económicos. El famoso desfile para conseguir recursos, que se realiza desde el año 1979, denominado “Caminata por la Solidaridad”, siempre ha contado con la presencia de grandes personalidades del mundo de la política, estrellas de farándula y del deporte nacional e internacional. Doña Nidia se retiró de la presidencia de la fundación en 2016, cediendo el cargo a su nieta María Carolina Hoyos Turbay, comunicadora social, experta en tecnología, además hermana media de Miguel Uribe Turbay, el joven senador y precandidato presidencial, quien atraviesa un difícil momento debido al atentado del que fue víctima, del cual estamos seguros va a salir adelante. Carolina le ha dado impulso a la fundación sumándole su energía y conocimientos, logrando multiplicar por cuatro los ingresos de la organización. A doña Nidia la entrevisté en varias oportunidades, primero en su casa de la calle 90 en Bogotá y luego en la Casa de Nariño. Prefería el bajo perfil, pero cuando se soltaba a hablar era cálida y recordaba con orgullo su cuna huilense. Una muestra de su personalidad es que, desde el año 1991, cuando su hija Diana fue asesinada por el narcotráfico, nunca dejó el luto. La seguía llevando en su corazón y en su vestimenta. Todo parece indicar que no fue consciente del grave atentado contra su nieto, debido a su estado de salud mental. Falleció de una enfermedad respiratoria, justo en la misma clínica donde está Miguel Uribe luchando por su vida. DEP doña Nidia.








