Aún no amanecía cuando la estación de Policía de Valdivia fue blanco de un nuevo ataque armado. La ráfaga de disparos estremeció a este municipio del norte de Antioquia.
En medio del fuego cruzado, cayó herida de muerte la patrullera María Alejandra Vieda Almario, una joven de 22 años nacida en La Plata, Huila, cuyo sueño de servir al país terminó abruptamente esta madrugada.
El ataque se produjo durante un hostigamiento armado, atribuido preliminarmente a estructuras ilegales que disputan el control territorial en la región. La patrullera recibió varios impactos de bala. Sus compañeros, en un intento por salvarle la vida, la trasladaron a toda velocidad a un centro asistencial en el municipio de Yarumal. No hubo nada que hacer. Llegó sin signos vitales.
Las imágenes de su traslado, difundidas en redes sociales, muestran la angustia y el esfuerzo por mantenerla con vida.
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El director de la Policía Nacional, brigadier general Carlos Fernando Triana, condenó lo sucedido. “Rechazamos con la mayor contundencia el acto de barbarie que segó la vida de nuestra patrullera (…) nuestras oraciones están con su respetada familia”, escribió en su cuenta de X, donde también anunció la movilización de todas las capacidades institucionales para dar con los responsables.
Según el general Triana, la inteligencia policial no descarta que el ataque haya sido perpetrado por integrantes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), posiblemente en alianza con el Clan del Golfo, grupos que mantienen una tensa disputa por corredores del narcotráfico y el control armado del norte de Antioquia.
Mientras tanto, en La Plata, Huila, una familia intenta asimilar la pérdida. María Alejandra era la hija mayor. Cursó su bachillerato en el colegio San Sebastián y realizó su formación como patrullera en El Espinal, Tolima. Desde niña, dicen sus allegados, hablaba de ser policía con una mezcla de orgullo y convicción.
Su padre, visiblemente conmovido, recordó su última conversación con ella. Manifestó que estaba cansada, que quería regresar a casa en vacaciones… “uno nunca se imagina pasar por algo así”, expresó.
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