Durante los primeros nueve meses de la presente vigencia, la inversión extranjera directa llegó a 9,160 millones de dólares, que para las autoridades económicas del gobierno nacional es positivo este indicador. Si la comparación se hace con el mismo periodo del año pasado, la contracción es aún mayor. Frente al tercer trimestre de 2024, la caída asciende a 12,1%, representando un nivel del 16% del PIB, lo cual se encuentra en mínimos históricos y desalentadores para la economía colombiana. De acuerdo con cifras proferidos por el Banco de la República, en el acumulado del año anterior, con corte al tercer trimestre, el flujo de IED sumó, una cifra inferior a la registrada en los primeros nueve meses de años anteriores: en 2024 llegó a US$9.617,95 millones y en 2023 ascendió a US$13.336,63 millones. El principal detonante es el aumento de la incertidumbre empresarial impulsada por el gobierno del cambio. Sus ataques permanentes al sector empresarial, ha desestimulado que los inversionistas extranjeros se abstengan de venir a instalarse en el país. El aumento de la inseguridad ciudadana y el avance de la extorsión está generando un tsunami de salida de capitales del país, porque no encuentran un panorama propicio para estos sectores que son impulsores del empleo formal.
Y el ambiente es crítico, porque cuando terminó el periodo constitucional del gobierno de Iván Duque, la Inversión Extranjera Directa representó la cifra de 17.182,23 millones de dólares. Durante este gobierno del cambio, ha representado una disminución significativa de $8.021,95 millones de dólares, lo cual equivalen a -46,7%. Esa es la realidad, y no cifras inventadas como lo expresan los áulicos del ejecutivo. Lo anterior, puede incidir en los demás indicadores cuando se termine la presente vigencia. Aunque no todo es malo, el consumo interno, se ha vuelto a fortalecer en el tercer trimestre de 2025, lo cual se vio reflejado en el indicador del PIB que creció el 3,6% durante este periodo, impulsado por la administración pública, el comercio, el transporte, el alojamiento y la educación.
Pero otro lunar negro, es el creciente déficit fiscal, que alcanzó el 6,7% del PIB el año anterior y para fines del presente año, se estima en un 7,1%, lo cual generaría unos inconvenientes muy serios para el cumplimiento de las metas contempladas en el Plan Nacional de Desarrollo y que se traduciría en una disminución significativa de transferencias para los entes territoriales, donde el Huila y los 37 municipios, estarían en serias dificultades para atender sus demandas sociales. Adicionalmente los anuncios del presidente Donal Trump el día anterior, para atacar y destruir las zonas cocaleras del país, ha puesto en serios aprietos a la confianza empresarial nacional y a la inversión extranjera nueva, por las altas amenazas que dichas decisiones gubernamentales del Tío Sam se lleguen a cristalizar en el corto plazo.







