El domingo anterior, el presidente Gustavo Petro Urrego, instaló la últimas sesiones del Congreso de la República del presente cuatrienio, a través de un discurso de 2 horas y media, el cual generó el más grande rechazo de la opinión pública nacional, por la forma revanchista y de confrontación con todos los demás actores de la sociedad colombiana, por la incoherencia y falta de sindéresis para interpretar la verdadera realidad social, económica y política en que están viviendo las familias colombianas. Con esta retórica barata, contribuyó para que se siga fortaleciendo la polarización política, que se ha vuelto el caldo de cultivo para aumentar la violencia en el territorio nacional. Solo los áulicos del ejecutivo respaldaban sus expresiones. El resto de las congresistas y demás sectores poblacionales, rechazaron de plano dichas expresiones populistas. Igualmente, los indicadores de su gestión en las diferentes áreas sociales presentados fueron vergonzosos por la falta de coherencias en los indicadores presentados. Totalmente descontextualizados, que han sido desvirtuados por los gremios de la producción y expertos académicos, demostrando su improvisación y justificación errada de su accionar gubernamental. Pero, los discursos de la oposición le demostraron con cifras la verdadera realidad del país al primer mandatario de los colombianos. Con ello, lo pusieron en la picota pública por las grandes incoherencias que enunció.
El presidente Petro recibió fuertes cuestionamientos de la senadora Paloma Susana Valencia Laserna y la representante Lina María Garrido Martin, quienes le expresaron directamente el rechazo a la cantidad de incongruencias y falacias que expresó, lo cual le molestó obligándolo a retirarse súbitamente del recinto de la democracia colombiana, con su equipo de trabajo, sin escuchar la réplica del representante Daniel Carvalho Mejía. Estos congresistas coincidieron, en que “Colombia no necesita más discursos, necesita hechos. Pero cuando a usted se le exige, mira al pasado y busca culpables: el Congreso, los oligarcas o sus 53 ministros. (…) Usted es responsable de su Gobierno. Bajo su mandato, Colombia está quebrada”. Valencia siguió su discurso advirtiendo que el país está en alerta ante lo que considera una deriva institucional por parte del Gobierno…”.
Mientras sucedían estos actos protocolarios, en el país se continuaba la oleada de atentados terroristas, asesinatos selectivos, masacres, secuestros, hurtos y taponamientos de vías por la protesta de arroceros, que demandan la atención del ejecutivo, tendientes a mejorar su rentabilidad en la producción de este grano. Consideramos que el gobierno nacional, debe reorientar su accionar buscando consensos y un dialogo con todos los sectores políticos y de la opinión pública. Recuerde que ya empieza a tener el sol en las espaldas, como lo afirmaban en otrora, ilustres dirigentes políticos del país. Entramos a una etapa preelectoral y empiezan a generarse sinergias positivas y propuestas para encontrar el sendero de prosperidad y de desarrollo para el próximo cuatrienio.
