Un estudio de la Universidad de Misuri revela que solo diez días de inactividad física pueden provocar alteraciones en la memoria y aumentar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Mantenerse activo es clave para la salud mental.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
En la actualidad, el bienestar físico y mental está estrechamente vinculado, y un factor clave para mantener este equilibrio es la actividad física. Aunque es común escuchar que el ejercicio es esencial para la salud del cuerpo, lo que muchos no saben es que la falta de movimiento puede tener efectos perjudiciales en la salud mental, especialmente en lo que respecta al cerebro. Investigaciones recientes han demostrado que incluso una corta inactividad de solo diez días puede ser suficiente para afectar negativamente tanto la salud física como la cognitiva de una persona.
La relación entre actividad física y la salud cerebral
El cuerpo humano está diseñado para moverse. Las funciones de los órganos y sistemas del cuerpo dependen de una circulación sanguínea adecuada, una oxigenación constante y la actividad muscular, entre otros factores. Sin embargo, a medida que los estilos de vida se vuelven más sedentarios, la falta de ejercicio se está convirtiendo en una preocupación creciente para los especialistas en salud. La actividad física no solo mejora la fuerza y resistencia, sino que también juega un papel crucial en la preservación de la función cerebral.
Según un estudio realizado por la Universidad de Misuri en Estados Unidos, solo diez días de inactividad física pueden generar cambios perjudiciales en el cerebro. Los investigadores encontraron que, al no realizar actividad física, se producen alteraciones en el hipocampo, una de las regiones más importantes del cerebro, relacionada con la memoria y el aprendizaje. Esta área del cerebro es esencial para almacenar y procesar la información, y su deterioro puede tener consecuencias graves a largo plazo.
Deterioro cognitivo y resistencia a la insulina
La investigación de la Universidad de Misuri destaca que la falta de ejercicio puede provocar un aumento en la resistencia a la insulina, un factor que juega un papel fundamental en el deterioro cognitivo. La resistencia a la insulina afecta la capacidad del cuerpo para procesar la glucosa, lo que puede desencadenar una serie de problemas metabólicos que, a su vez, afectan la función cerebral.
El estudio también reveló que el no ejercitarse durante solo diez días puede elevar los niveles de ciertas proteínas en el cerebro, lo que está estrechamente relacionado con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Este hallazgo es preocupante, ya que el Alzheimer es una enfermedad que afecta principalmente a los adultos mayores, y las estadísticas de su prevalencia están en aumento. Los investigadores subrayan que un estilo de vida activo puede ayudar a preservar la salud del cerebro, evitando o incluso retrasando el desarrollo de estas enfermedades degenerativas.
La importancia de comenzar a moverse
El estudio, publicado en el Journal of Applied Physiology, también resalta que las personas que más se benefician de la actividad física son aquellas que, después de una vida sedentaria, comienzan a hacer ejercicio de manera regular. La mejora en su salud física y mental es notable, lo que muestra que nunca es tarde para adoptar hábitos más saludables. El paso más importante, según el profesor Frank Booth, quien lideró la investigación, es simplemente comenzar a moverse. Las personas que pasan de no hacer ejercicio a practicarlo de manera constante tienen una notable mejora en su bienestar.
Conexión entre la falta de ejercicio y el Alzheimer
A medida que avanza la investigación, se han ido descubriendo más conexiones entre la falta de movimiento y las enfermedades cerebrales degenerativas. Según Booth, muchos de los cambios neurológicos asociados con el Alzheimer comienzan a gestarse entre los 40 y 50 años, aunque los diagnósticos suelen realizarse mucho más tarde, cuando la enfermedad ya ha avanzado significativamente. Este dato pone en evidencia la importancia de la prevención a una edad temprana, especialmente a través de la actividad física regular.
Beneficios de mantener una vida activa
Los estudios han demostrado que el ejercicio tiene efectos profundos en la salud mental, más allá de los beneficios evidentes para el cuerpo. La actividad física regular puede mejorar el estado de ánimo, reducir los niveles de estrés y ansiedad, e incluso promover la neuroplasticidad, lo que permite al cerebro adaptarse y aprender nuevas habilidades. Mantenerse activo no solo previene el deterioro cognitivo, sino que también mejora la calidad de vida de las personas, promoviendo una mejor salud mental y emocional.
Además, los efectos positivos de la actividad física no se limitan a la prevención de enfermedades. La práctica regular de ejercicio, incluso en niveles moderados, está asociada con un mayor bienestar general, mayor energía y un mejor descanso. Estos beneficios se traducen en un ciclo positivo, en el que la mejora del estado físico y mental impulsa a las personas a seguir siendo activas, lo que refuerza aún más su salud.









