Estados Unidos se encuentra a la expectativa de lo que muchos ya denominan el ‘Día de la Liberación’, una fecha marcada por la promesa del presidente Donald Trump de implementar un paquete agresivo de medidas arancelarias con el objetivo de reducir la dependencia del país respecto a productos y servicios provenientes del extranjero.
El anuncio está programado para las 4:00 p.m. (hora este de EE. UU.), justo después del cierre de la Bolsa de Valores de Nueva York. Trump, en su estilo habitual, no ha ocultado su intención de equilibrar lo que considera una balanza comercial injusta, donde, según su perspectiva, Estados Unidos ha estado perdiendo frente a otras naciones durante años.
¿Qué son los aranceles y por qué importan?
Los aranceles, en esencia, son impuestos aplicados a las importaciones que ingresan al país. El objetivo de esta medida, según ha manifestado la Casa Blanca, es inyectar cerca de 6 billones de dólares a las arcas estadounidenses en la próxima década. Sin embargo, diversos analistas económicos alertan sobre posibles consecuencias negativas, como el aumento de la inflación, que podría golpear directamente el bolsillo de los consumidores norteamericanos.
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¿Una guerra comercial en el horizonte?
Aunque Trump asegura que estas medidas buscan proteger la industria y la economía local, muchos expertos coinciden en que esta estrategia podría desencadenar una guerra comercial de gran envergadura. Países que, durante años, promovieron el libre comercio y la globalización ahora se enfrentan a la posibilidad de restricciones severas por parte del gigante norteamericano.
La duda que persiste entre economistas y líderes internacionales es si Trump optará por aranceles generales o específicos. En el pasado, el presidente ha mostrado un interés particular en equiparar impuestos con países que, según él, han aplicado medidas desleales a bienes y servicios estadounidenses.
Una alternativa que se contempla es la imposición de un arancel uniforme del 20% para todos o gran parte de sus socios comerciales, incluido Colombia, que ya sufrió aumentos en exportaciones estratégicas como el acero y el aluminio.
Por si fuera poco, el próximo jueves podría concretarse un arancel adicional del 25% a las importaciones de vehículos, una medida que preocupa especialmente a la industria automotriz global y a los países con fuertes exportaciones en este sector.
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