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Detección del cáncer de cuello uterino en medio de la guerra

Sep 12, 2025

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En medio del caos, la guerra suele arrebatarlo todo: seguridad, estabilidad, incluso la posibilidad de acceder a servicios básicos de salud. Sin embargo, en Ucrania, una experiencia audaz está demostrando que la innovación puede abrir puertas  de esperanza incluso en los escenarios más hostiles.

La introducción de pruebas de auto toma para el virus del papiloma Humano VPH en comunidades ucranianas afectadas por el conflicto, liderada en el marco de la iniciativa de la Unión Internacional para el Control del Cáncer UICC, es un hecho muy poderoso. Significa que, aun en medio de bombardeos, desplazamientos forzados y sistemas de salud debilitados, se encontró un camino para que las mujeres accedieran a la detección del cáncer cervicouterino.

Los resultados son reveladores, mujeres que jamás habían accedido a una prueba de VPH pudieron realizarse la prueba en espacios seguros, guiadas por promotoras locales de salud. Más allá del dato clínico, este piloto mostró un cambio cultural, la prevención dejó de depender de la infraestructura hospitalaria y se trasladó a la intimidad, a la autonomía, al poder de decidir sobre la propia salud en medio de una crisis humanitaria.

Este avance no puede verse solo como una anécdota. Es una demostración estratégica que la eliminación del cáncer cervicouterino no depende únicamente de centros especializados, sino de modelos flexibles, adaptables y resilientes. La guerra en Ucrania obligó a acelerar un modelo que el resto del mundo debe asumir: llevar la salud donde las mujeres están, y no esperar a que ellas puedan llegar a un hospital.

La experiencia ucraniana abre una pregunta trascendental para la salud global: ¿qué pasaría si replicamos este modelo en otras zonas de conflicto, en territorios rurales remotos, en comunidades indígenas, en barrios periféricos urbanos? La respuesta es clara: aumentaríamos exponencialmente la cobertura y salvaríamos millones de vidas.

Lo que ocurrió en Ucrania es un precedente global. Una experiencia que nos recuerda que el futuro del control del cáncer no depende solamente  de  la tecnología, sino en la capacidad de diseñar soluciones prácticas, capaces de resistir incluso a la guerra.

El verdadero liderazgo global consiste en aprender de estas experiencias extremas y convertirlas en políticas públicas sostenibles, financiadas y escalables. Ucrania nos deja una lección replicable: si la detección del cáncer cervicouterino es posible en zonas de guerra, entonces es posible en cualquier rincón del planeta. hsalamanca@fundacionsalbo.org

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