Ante la incapacidad e ineptitud para manejar los asuntos del Estado Colombiano, el presidente Gustavo Petro Urrego, ha venido convocando a los sindicatos, docentes y organizaciones sociales para que se movilicen en las principales ciudades del país, con el fin de buscar apoyo popular a las propuestas que enarboló durante su campaña presencial que lo llevó a ocupar el primer cargo administrativo y político del país. Infortunadamente la forma revanchista, ofensiva, autoritaria y populista para anunciar sus proyectos que ha puesto a consideración del legislativo, los cuales han sido aprobados y otros negados. Lo anterior ha provocado que asuma posiciones de rechazo y utilizando epítetos de “Malditos congresistas y comparándolos con las mafias”, generán un ambiente adverso para sacar avante sus proyectos. Ni el uso de los detestables procedimientos de la clase política, no ha podido convencer a los movimientos políticos, a través de la mermelada, contratos y nombramientos a los congresistas, provocando un rechazo unánime de la opinión pública. Durante su periodo presidencial, periódicamente ha convocado para adelantar protestas sociales y para que le escuchen sus discursos incoherentes y traídos de la estratosfera, totalmente descontextualizados, que los convierten en foco de burlas y de rechazos a través de los medios de comunicación y redes sociales.
Ante los anuncios del Senado de archivarle las Reformas Laboral y de la Salud, ha convocado una Consulta Popular, la cual debe ser aprobada por el Senado y deben participar la tercera parte del anterior censo electoral, que asciende 13,6 millones de votos, lo cual hace muy difícil que dicha votación se pueda cumplir, dadas las experiencias presentadas en épocas pretéritas. Algunos expertos consideran que una forma de convocar al constituyente primario es que incorporen a la consulta, la siguiente pregunta a los votantes: ¿está de acuerdo con la revocatoria inmediata del Presidente Gustavo Francisco Petro Urrego y de la vicepresidenta, Francia Elena Márquez Mina? . Esta tendencia que está cogiendo fuerza en algunos sectores políticos, tienen pensando seriamente al ejecutivo, para adelantar este medio de participación ciudadana.
Se espera que las protestas sociales que se desarrollen hoy, sean en una total tranquilidad, respetando siente la normatividad colombiana. No podemos volver a vivir esos momentos de destrucción y muerte, que promovieron en vísperas de las elecciones presidenciales. La mayoría de los gobernadores, alcaldes y todo el sector empresarial en el país, han determinado que no respaldarán la decisión presidencial del día cívico. El populismo cumple una función distractora. Esta convocatoria para marchar simula el apoyo popular, para desviar la atención sobre la profundización de la más grande crisis social, económica y política que está presentando la sociedad colombiana. Se presenta como víctima de la prensa, el Congreso y la élite, buscando siempre a quién culpar de su incapacidad para gobernar. En algunas regiones, el caos es preocupante.







