La derecha colombiana entró en una fase crítica de reorganización. En las próximas dos semanas, varios precandidatos renunciarán para darle paso a una depuración que busca unificar fuerzas y construir un aspirante sólido capaz de disputar la Presidencia frente al petrismo en 2026.
DIARIO DEL HUILA, POLITICA
El reacomodo dentro de los sectores de derecha se profundizó en los últimos días. La entrega de firmas a la Registraduría, sumada a las primeras renuncias, abrió oficialmente un proceso de depuración que no solo define candidaturas, sino que también replantea el papel de las colectividades en el escenario electoral.
La decisión de reducir el número de precandidatos obedece a la necesidad de proyectar una imagen de mayor cohesión y capacidad competitiva. La fragmentación ha sido uno de los factores que más ha debilitado al sector en contiendas recientes, y esta vez buscan corregir ese error estratégico.
Renuncias anunciadas y un plazo que presiona decisiones
Dirigentes del sector confirmaron que durante las próximas dos semanas se conocerán nuevas renuncias a la carrera presidencial. El vencimiento del plazo para inscribir listas al Congreso, el próximo 8 de diciembre, se convirtió en un punto de presión que obliga a los aspirantes a tomar decisiones rápidas.
Muchos de los precandidatos que evalúan retirarse consideran que sus posibilidades de llegar a la Presidencia son limitadas, mientras que en el Legislativo podrían asegurar representación y conservar influencia dentro del movimiento. Por eso, varias campañas ya analizan la conveniencia de migrar hacia candidaturas al Senado o la Cámara.
Quiénes se bajaron y por qué
Entre los nombres que ya dieron un paso al costado figuran dirigentes que optaron por fortalecer otros liderazgos dentro de su sector. Algunos se sumaron a campañas de compañeros con mayor proyección; otros decidieron dar prioridad a su presencia en el Congreso.
Este tipo de movimientos demuestra que la depuración no es solo una estrategia electoral, sino una reconfiguración de alianzas internas. Cada renuncia implica pactos, compromisos y la redistribución de respaldos políticos en regiones clave.
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Una apuesta por una sola carta fuerte
La derecha apuesta decididamente a presentar un candidato único competitivo para 2026. La multiplicidad de figuras en contiendas anteriores generó divisiones profundas, debilitó los proyectos y favoreció el ascenso del petrismo.
Ante este panorama, los partidos buscan mostrar disciplina y unidad. La depuración pretende evitar la dispersión de votos entre múltiples aspirantes y fomentar un frente sólido que pueda captar el apoyo de sectores inconformes con el actual gobierno.
Sin embargo, esta estrategia también obliga a los equipos de campaña a medir cuidadosamente sus tiempos. Un retiro apresurado podría dejar sin representación a ciertos liderazgos regionales, mientras que una depuración demasiado lenta podría fracturar nuevamente al sector.
Beneficios y riesgos de la depuración
Aunque la unificación puede fortalecer el perfil del candidato final, también representa riesgos. En primer lugar, la salida de varios precandidatos podría dejar sin voz a sectores que buscaban mayor renovación política. Además, concentrar las decisiones en pocas figuras puede generar tensiones con bases territoriales que sienten que sus intereses no están siendo tenidos en cuenta.
No obstante, la dirigencia insiste en que la depuración es necesaria para competir con una izquierda que ha demostrado disciplina electoral y capacidad de consolidar apoyos. En su visión, solo una candidatura fuerte y cohesionada podrá enfrentar la maquinaria política del petrismo.
Lo que vendrá en los próximos días
El proceso de depuración continuará acelerándose. Se esperan nuevas renuncias, reacomodos internos, respaldos cruzados y negociaciones para integrar listas al Congreso. La derecha está apostando a una estrategia contrarreloj: lograr una fórmula competitiva antes de que la fragmentación vuelva a convertirse en su principal obstáculo electoral.
En ese panorama, las decisiones de las próximas dos semanas serán cruciales. De ellas dependerá si el sector logra recomponerse y llegar fortalecido a la contienda presidencial, o si las divisiones internas se profundizan justo cuando el petrismo busca consolidar su continuidad política.

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