Diario del Huila

Del “Chinchilla Casa Taller” a Stonehenge

Jul 10, 2025

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Desde su taller en Pitalito, el escultor Javier Chinchilla ha proyectado su arte más allá de las fronteras del Huila, alcanzando escenarios internacionales como Stonehenge y Berlín. Su trayectoria, marcada por la autenticidad, el rigor académico y la fusión entre escultura y pintura, lo posiciona como uno de los referentes culturales del sur colombiano.

DIARIO DEL HUILA, CULTURA

Por: Gerardo Aldana García

Cómo me gusta escribir sobre los huilenses que engrandecen nuestro gentilicio con la virtud de sus aportes a la sociedad, siendo el arte uno de esos espacios en los que me celebro cada vez que encuentro una figura cuya obra alegra, asombra e inspira respeto. Este Pitalito, que en el arte sabe brillar con luz propia, municipio de contrastes donde la dinámica socioeconómica como Estrella Vial del sur del Huila acoge a creadores de admirable trayectoria, es hogar de un escultor cuyos logros artísticos y profesionales son dignos de conocer y exaltar.

Se trata de Javier Chinchilla Nieto, nacido en Florencia, Caquetá, cuyos padres se radicaron en Pitalito, Huila, donde ha vivido desde su niñez y es considerado un artista adoptado por esta tierra fértil y fresca del Valle de Laboyos. El maestro Chinchilla se graduó como Maestro en Artes Plásticas con énfasis en Pintura y Dibujo de la Universidad del Cauca en 1997. En su extensa trayectoria profesional ha ejercido como docente en diversas instituciones educativas públicas y privadas de Colombia, entre ellas la Universidad Francisco de Paula Santander en Cúcuta, Norte de Santander.

Vivir la experiencia del «Chinchilla Casa Taller» es sentir la música del cincel cuando, en sus manos —las de Javier— interpreta los sonidos mudos de la roca que, discreta, acuna la escultura subyacente en el sueño del maestro, que no cesa de acariciar esa piedra dura y a la vez noble, en procura del encuentro con aquella parte de su interior dispersa en un lado y en otro; en rocas, tal vez, del río Magdalena, de origen volcánico o quizás en un vivificante residuo de tallas líticas precolombinas que los maestros artesanos de Isnos desechan desde su patrimonial oficio.

Allí se puede observar un monolito lítico adosado a una reluciente correa metálica que, en alto relieve, delinea una lagartija, como si adornara una maleta de viaje que uno puede llevar, desde la imaginación, al exuberante mundo de la fauna del Macizo Colombiano o bien al pasado indígena del pueblo que glorificaba al portentoso río Guacacallo, que daba vida al territorio que luego los invasores españoles —y hasta nuestros días— llamaron San Agustín.

Pero el «Chinchilla Casa Taller» no es solo el espacio donde Javier desarrolla su actividad artística; es también una sala cultural que exhibe obras de otros artistas nacionales e internacionales. Esto le ha permitido mantener permanentes lazos de interacción con salas y museos en los que expone su obra pictórica y escultórica, entre los que destacan: el Museo Rayo, el Museo Negret, el Museo Ramírez Villamizar y el Museo de Arte del Tolima.

En el ámbito internacional, sobresalen exposiciones en Stonehenge, Inglaterra, lugar mítico de la prehistoria mundial, donde su obra Sincronía ha recibido crítica positiva en medios especializados en arte. Así mismo, en 2021, en Berlín, Alemania, fue seleccionado por The Social Art, formando parte de dos artistas colombianos en una edición del certamen que congregó a representantes de más de 180 países. Sus obras también han sido incluidas en publicaciones tan importantes como Matices de Cota (homenaje a Enrique Grau), Chinchilla: Devenir Plástico y la Bienal de Arte de Armenia, entre otras.

El maestro Chinchilla ha sido galardonado con premios que incluyen el primer puesto en la modalidad de escultura en el IV Salón de Artistas Laboyanos en 2020, y un reconocimiento a su trayectoria y aporte a la cultura por el Honorable Senado de la República de Colombia en 2024.

Sus obras permiten apreciar la aplicación de técnicas mixtas, desarrolladas en un estilo que, a juicio de críticos de arte, se inclina hacia el expresionismo abstracto. En sus pinturas suele emplear acrílicos, óleos y esmalte sobre lienzo o lino. No obstante, es en la escultura donde se le reconoce un mayor relieve como artista, probablemente por la poderosa provocación que esta le produce, al punto de considerarla una evolución de su búsqueda artística que lo lleva a entender la escultura como una forma de “perforar el alma” y trabajar con materiales más duros para impactar tanto el espacio físico como el mental.

Javier recomienda a los nuevos artistas que observen con cuidado el uso de la inteligencia artificial como instrumento de creación. Sostiene que es preferible recurrir a la inteligencia de sus propias emociones y búsquedas, lo cual resulta más natural y original. Es un artista que se declara “enemigo de las tendencias” y busca una expresión auténtica y profunda en su arte, alejándose de lo que considera superficial en el arte contemporáneo.

Junto con su desempeño como artista, también es escritor. Es autor de los libros Devenir Plástico y Escribir es Dibujar. Igualmente, ha adelantado investigaciones sobre teoría del color, reseñas de la historia de Pitalito, reflexiones sobre la relación histórico-arqueológica de Chiribiquete, y un análisis sobre el manto de Turín. Estos escenarios interdisciplinarios y complementarios le dan una admirable solidez a la hora de concebir sus creaciones y proponer trabajos académicos capaces de resistir juiciosos análisis de impacto positivo en el arte y la cultura huilense y colombiana.

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