Por: Oscar Eduardo Trujillo Cuenca
“Un territorio que educa para emprender, se prepara para transformar.”
#LaFraseDeOscarT
En un contexto donde la innovación y el emprendimiento son claves para el desarrollo económico regional, las universidades del Huila tienen hoy en día la enorme oportunidad y responsabilidad de fortalecer sus centros de formación académica, proyectándose como catalizadores del ecosistema emprendedor regional.
Históricamente, la universidad ha sido vista como el puente entre el conocimiento y la sociedad; en regiones como la nuestra, en donde el desempleo juvenil, la informalidad y la falta de oportunidades golpean con fuerza, ese puente debe conectarnos dinámicamente, acompañando en terreno a emprender, a fallar, a reinventarse y a generar valor desde la creatividad y la innovación.
Nuestras universidades han venido protagonizando un papel fundamental en el desarrollo de la región, liderando proyectos de ciencia, tecnología e innovación, en ese camino debemos seguir avanzando hacia la consolidación del ecosistema de innovación y emprendimiento, dando continuidad a los procesos, para lo cual se debe:
- Incorporar el emprendimiento en todos los programas académicos, no solo como una materia opcional o electiva, sino como un eje transversal que este en todas las disciplinas, donde todo estudiante, sin importar su carrera, logre adquirir las herramientas para emprender.
- Fortalecer sus centros de emprendimiento e innovación, transitando a laboratorios vivos, articulados con el sector empresarial, con acceso a mentorías, capital semilla y redes de inversionistas ángeles.
- Acompañar la materialización de los proyectos, desde su nacimiento como ideas de emprendimiento, hasta la puesta en marcha de estos, la formalización, así como llevarlos a mercados externos y escalarlos a los más altos niveles de desarrollo, con acompañamiento técnico, legal y financiero desde la academia.
- Conectarse con todo el territorio, se debe volver la mirada a lo rural, a nuestras fortalezas y potencialidades como región, debemos seguir en el camino de desarrollar y consolidar los emprendimientos orientados a sus saberes, pero también a la inclusión de apuestas de innovación y valor agregado.
- Internacionalizar el talento emprendedor, no solo debemos exportar productos, debemos exportar ideas y modelos de negocio, se debe realizar y fortalecer convenios con incubadoras globales, participar en ferias internacionales y en programas de movilidad, los cuales deben ser parte del desarrollo de los programas universitarios.
Asimismo, las universidades deben ser actores activos en los diferentes espacios de gobernanza y decisión del territorio, siendo llamadas a:
- Tener una participación activa y propositiva en la Comisión Regional de Competitividad e Innovación (CRCI) y en el Consejo Departamental de Ciencia, Tecnología e Innovación (CODECTI), donde su rol debe de ir más allá de lo consultivo, se requiere que las universidades incidan en las decisiones de política pública, ayuden a identificar apuestas productivas regionales, y respalden con evidencia científica las transformaciones que el Huila requiere para ser competitivo.
- Ser líderes activos de la Red Regional de Emprendimiento, mediante una gobernanza colaborativa, aportando conocimiento, metodologías, mentores y propuestas estructuradas que dinamicen el ecosistema y articulen la triple hélice (sector público, privado y academia).
- Ser ejecutoras activas de la Política Pública de Emprendimiento e Innovación del Huila, empoderando su acción, aportando a su implementación y ejecución, con capacidad técnica, operativa y de legitimidad, siendo las universidades las indicadas a liderar nodos de innovación, incubadoras sectoriales, y laboratorios de políticas públicas basadas en necesidades del territorio.
- Innovar en la oferta académica, con programas que tengan un currículo con visión emprendedora, pasando de una lectiva en determinadas carreras a ser parte fundamental y transversal de todos los programas, establecer titulaciones conjuntas con empresas, promover spin-offs universitarios y fomentar la creación de conocimiento aplicado a problemas reales del territorio, desarrollando programas de extensión e impacto, orientados a la agroindustria, las industrias creativas, la economía circular y el turismo de naturaleza.
Hoy más que nunca, las universidades deben ser esos tanques de pensamiento, que se conecten como embajadoras del talento regional, promoviendo el emprendimiento como herramienta de movilidad social, de inclusión y de sostenibilidad, asumiendo este reto con propósito y decisión, siendo actores fundamentales para el desarrollo regional.
Las universidades son las que deben formar a los nuevos líderes, científicos, profesionales, tecnólogos y, sobre todo, emprendedores que marcarán la diferencia, porque cuando una universidad se convierte en motor del emprendimiento, no solo forma profesionales, sino que impulsa territorios.








