AMADEO GONZALEZ TRIVIÑO
Ha asumido el poder de los Estados Unidos de Norteamerica, uno de los personajes más controvertidos y símbolo de una forma de capitalismo descarada, donde se pasan por alto, todos los derechos y los beneficios de la comunidad internacional, que hasta la presente se habían reconocido en los anteriores mandatarios y se abre una era que despierta nuestra preocupación por las implicaciones que ello ha de generar en el renacimiento del proceso capitalista en su más clara y perversa defensa del capital.
Sin lugar a dudas y frente a las implicaciones de la controversia constitucional que ya se abre en los Estados Unidos, el presidente en funciones Donal Trump, no podrá ser reelegido para un segundo mandato en el 2028, por expreso mandato constitucional, a no ser, que se presente toda una interpretación amañada y se busque, como lo hizo hace cuatro años, generar un boicot terrorista que ahora limpia de una manera aberrante con el indulto a más de mil quinientos implicados en dichos actos que la historia nunca olvidará, así la impunidad sea la bandera del actual mandatario.
Pero ha empezado, así sea por escasos cuatro años, la nueva era Trump, con lo cual se busca generar según sus propuestas, la forma de arrodillar al mundo entero para que mediante las prebendas económicas de lo que se denomina aranceles económicos que hayan de pagarse, sean cada día más crecientes en favor del coloso del norte, con lo cual, se persigue y se oprimen los mercados de los desprotegidos o de los países en vía de desarrollo. Típico capitalismo.
Y es parte de un proceso de desconocimiento que se ha anunciado de todo cuanto tiene que ver con el poder de alcanzar sus propósitos de que el imperio, no deje de serlo y se fortalezca en dominación, hasta el punto de anunciar como lo ha hecho de cambiar el nombre del golfo de México por el golfo de América, desconociendo a los países como México y Cuba, que hacen parte de dicho enclave geográfico y ha sido reconocido mundialmente por las autoridades encargadas de ello. No olvidemos que el Golfo de México actualmente es rico en petróleo y una de las banderas del presidente es precisamente volver los ojos a la explotación petrolera a gran escala y que Estados Unidos sea la bandera de la explotación en todo el mundo.
Se suma igualmente la postura asumida desde antes de la posesión, para anunciar al mundo que los Estados Unidos del Norte, deberá recuperar para su dominación y explotación a su antojo del Canal de Panamá, pasando por alto y desconociendo los derechos adquiridos por quienes hoy se ocupan en su territorio de el territorio panameño. Es una posición que de continuar y de reiterarse por parte del mandatario llevará a generar un conflicto internacional que no nos atrevemos a pensar por los efectos de violencia y de crisis económica para toda Centroamérica y para el comercio mundial.
Finalmente, como se dice en otra parte de este comentario, el hecho de que el indulto sea utilizado para silenciar el sistema judicial norteamericano y convalidar los actos vandálicos y por qué no, terroristas de los que pretendieron tomarse por asalto el Congreso de los Estados Unidos y generaron funestas consecuencias para el esperpento de democracia que conocemos, nos generan la certidumbre de que realmente el autor intelectual y determinado de toda esa violación de la ley, fue precisamente el primer mandatario de entonces, hoy de nuevo en el poder.
La ley y la forma de burlar los efectos de ella mediante el indulto, también ha de censurarse del señor Biden, cuando en un acto de claro abuso del poder y por qué no, de nepotismo, propicio dicho beneficio a su propio hijo Hunter Biden, quien fue hallado responsable de una serie de delitos con una consiguiente pena que se le impuso. Y qué decir que el actual mandatario fue hallado responsable en un juicio penal y fue beneficiado por la no aplicación de pena en su contra. Es una forma de ver que el poder hace y deshace con la justicia.
