Por: Álvaro Hernando Cardona González
Un artículo de Ginya Truitt Nakata, para la fundación The Nature Conservancy, publicado en febrero del año 2019 titulado “Monocultivos: la amenaza de los desiertos verdes de hoy para la producción alimentaria de mañana”; quisimos comentar algunos apartes describe que hace un siglo, los científicos, la agroindustria, los agricultores notaron que la población crecía, pero los sistemas de producción agrícola eran incapaces de mantener la oferta. La agricultura necesitaba expandirse, intensificarse y ser más productiva. Así que las innovaciones comenzaron a tomar forma: “los químicos descubrieron cómo extraer nitrógeno literalmente del aire (obteniendo por ello el Premio Nobel en 1918), un paso importante en el desarrollo de los fertilizantes sintéticos que posteriormente permitieron que la producción creciera a pasos agigantados. Siguieron mejoras en los pesticidas y herbicidas, junto con las variedades de plantas más resilientes”, fortaleciéndo cada vez más la agricultura.
Como resultado directo de todo esto, durante los últimos 50 años, mientras la población mundial se duplicaba, y la oferta de la agricultura se triplicaba, la proporción de personas que sufrían de hambre se redujeron a la mitad. No obstante, millones padecen de hambre y desnutrición (más de 800 millones según la ONU) por lo que aún hay muchísimo por lograr. Síntesis: existe progreso, pero seguimos sin resolver el problema. Seguimos avizorando el futuro y preguntándonos cómo es que vamos a alimentar a tantos, pero ahora en medio de los efectos del cambio climático y evitando convertir en tierras de cultivo, lo que queda de selvas tropicales, fajas de protección y otras áreas naturales sensibles.
Pero también tenemos el desafío, bastante ignorado, que son las consecuencias de producir más alimentos de cada hectárea de tierra: usamos más fertilizantes sintéticos y otros insumos químicos, sino también, lo que es más crítico, a técnicas de cultivo a gran escala que llevan a prácticas agrícolas industriales como el monocultivo que han dado lugar a vastas áreas (incluso biomas enteros) esencialmente despejadas de todas las variedades de plantas excepto una o dos, como la soja, la caña de azúcar, el maíz o el trigo.
Los «desiertos verdes», son ataque a la Naturaleza pues cultivar solo uno o dos tipos de plantas sobre vastas extensiones crea un espiral destructivo que agota los nutrientes del suelo, dejándolo débil e incapaz de soportar el crecimiento saludable de las plantas sin agregar mayores cantidades de fertilizantes sintéticos y, nuevas plagas y enfermedades que un paisaje con mayor biodiversidad normalmente suprimiría por sí solo. Y claro, agua, la demanda aumenta y la oferta se mantiene más o menos estable ¿pesimistas?
