DESHOJANDO MARGARITAS
Por Margarita Suárez
Carlos Vives, cantante y actor de 63 años, en pleno show musical se baja del escenario, abraza, besa y le canta de cerca a su esposa, Claudia Elena Vásquez, presente entre el público. Después del tierno momento, sube a mil por unas escaleras angostas, hechizas y sin baranda, de madera, que aborda en tres saltos. En el último brinco trastabilla y casi cae. Afortunadamente recompuso el paso y se salvó de un fuerte golpe. El riesgo está ahí y alguien debe decirle que tenga más cuidado. Lo recalco porque en este momento una de mis hermanas, de su misma edad, está inmovilizada, usando un corsé por haberse fracturado la columna tras una caída en escaleras. Le dieron cuatro meses de incapacidad, milagrosamente no requirió cirugía. Con Carlos me vinieron a la memoria accidentes ocurridos a cantantes mayorcitos que hacen maromas en escena, corriendo el riesgo de caerse y acabar con su carrera. Hace menos de dos años, Luis Miguel, hoy de 56 años, tuvo un accidente en el escenario de la Arena Ciudad de Méjico. Al hacer uno de sus característicos movimientos que enloquecen a sus fans, resbaló y cayó de espaldas. En este caso fue sólo el susto y pudo continuar con el espectáculo. Hubiera podido ser más delicado, como le ocurrió a Juan Gabriel. El desaparecido ídolo mejicano, en 2005, en Houston, a la edad de 56 años, salió al escenario dando salticos y al querer seguir brincando en reversa, pum se fue de espaldas y rodó por fuera del escenario metro y medio abajo. Golpe en la cabeza y muñeca fracturada, el diagnóstico. El cantante fue hospitalizado y desde luego se suspendió del show que acababa de comenzar. Chayanne, 56 años, es otro que me preocupa. Después de cuatro años retirado de los escenarios, regresó con presentaciones en los Estados Unidos, América Latina y Europa. Se contonea tanto, que no se sabe en qué momento le fallen sus reflejos. Dios quiera que no. Shakira, 48 años, aunque está joven todavía, también corre riesgo de llevarse un susto, con tantos movimientos rápidos que hace en sus shows musicales. Su talento como compositora, su hermosa voz y su gran éxito como artista, le bastan y sobran para llenar escenarios. Creo que es hora de ir apaciguando un poco sus movimientos. ¿Ustedes qué opinan?
