La violencia se tomó la capital de Norte de Santander en una jornada marcada por el miedo. Entre la noche del 19 de febrero y la madrugada del 20, explosiones, ataques armados y amenazas sacudieron a los habitantes de Cúcuta y su área metropolitana.
Según las primeras investigaciones de la Fuerza Pública, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) sería el responsable de esta escalada violenta. La ofensiva del grupo insurgente incluyó atentados contra infraestructuras estratégicas y hostigamientos a la Policía.
Atentados
El primer estallido se registró a las 10:47 p.m. en el CAI de Villa Antigua, en el municipio de Villa del Rosario. Allí, hombres armados detonaron tres cargas explosivas y dispararon con ráfagas de fusil contra la estación policial.
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Minutos después, a las 11:00 p.m., un nuevo estallido sacudió el peaje de La Prada, un punto neurálgico en la vía que conecta Villa del Rosario con el puente internacional Simón Bolívar, uno de los accesos principales hacia Venezuela. Casi al mismo tiempo, una explosión impactó una estación de Policía que aún estaba en construcción en la misma zona.
Hacia la medianoche, nuevas detonaciones volvieron a estremecer el sector de La Prada, mientras la comunidad, atemorizada, intentaba resguardarse.
La violencia se extendió hasta la mañana siguiente. A las 6:00 a.m. del jueves, un nuevo atentado se dirigió contra el CAI del barrio San Rafael, en Cúcuta, completando así una serie de ataques que dejaron una profunda preocupación en la ciudad.
Recompensa por los responsables
Las autoridades han confirmado que seis personas resultaron heridas en los atentados. El secretario de Gobierno departamental, George Quintero, anunció una recompensa de hasta 100 millones de pesos por información que conduzca a la captura de los responsables.
Mientras tanto, la Gobernación de Norte de Santander y la Fuerza Pública han intensificado operativos para garantizar la seguridad y dar con los responsables de la jornada de terror que paralizó a Cúcuta y sus alrededores.
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