Aníbal Charry González
Ahora que, con motivo de la conmemoración de los 40 años de la toma y retoma del Palacio de Justicia, donde se reclama estérilmente verdad, justicia y reparación, que nunca va a haber en un país acostumbrado a horrores y matanzas violadoras de los derechos humanos desde los albores de la República donde trataron de matar al Libertador los que después asumieron los liderazgos de los partidos, basta citar lo que concluyó el más profundo investigador sobre el tema Mauricio Gaona, hijo del inmolado magistrado Manuel Gaona Cruz, para saber, como siempre ha ocurrido en este siniestro país donde la clase política ha intervenido e impulsado todas las violencias y corruptelas como instrumento para mantenerse en el poder, que: “el 6 y7 de noviembre de 1985 se asesinó la justicia, se asesinó la verdad, se asesinó la historia”.
Y es que, contrario a lo que quieren hacer creer los políticos según el bando al que pertenezcan al responsabilizar exclusivamente a la guerrilla o al Ejército según su conveniencia, que fueron responsables del espantoso crimen en una especie de alianza siniestra por acción y omisión: la guerrilla del M19, el narcotráfico con Pablo Escobar, el presidente Belisario Betancur, -que debió renunciar por vergüenza y dignidad al no haber impedido la matanza y la destrucción como jefe supremo de las Fuerzas Armadas atendiendo el angustioso llamado de cese al fuego del presidente de la Corte Alfonso Reyes Echandía, que Gaona resume sin elipsis. “Ambos, la guerrilla del M19 y el Ejército de aquel entonces, cometieron crímenes de lesa humanidad y violaciones al Derecho internacional humanitario (DIH)”. Y de ahí que no haya ningún interés en que se llegue a la verdad, como ha ocurrido con todos los magnicidios impunes, como que en varios de ellos intervino en alianza la narco política, el paramilitarismo y fuerzas de seguridad del Estado. Porque hay que recordar que al Palacio de Justicia se le retiró la vigilancia cuando estaba amenazado, y la guerrilla del M19 ingresó para la toma sin ningún obstáculo matando indiscriminadamente, y posteriormente el Ejército en la retoma hizo lo propio buscando defender “La democracia maestro”, en frase aterradora del coronel Plazas Vega “con tanques de guerra, bombas y granadas en el lugar donde se encontraban los representantes de la justicia, junto con cientos de civiles inocentes. Al parecer, una democracia que no incluía los derechos y las libertades más básicas como son: el derecho a la vida, la dignidad humana y la libertad”. Como lo dijo con acierto también Gaona. En suma, la mentirosa y tétrica democracia que hemos tenido.
