Colombia se prepara para dar un paso histórico: el proyecto de Ley 395 de 2025 busca formalizar el trabajo de los creadores de contenido, reconociéndolos como parte de la economía digital y garantizando derechos laborales en un sector marcado por la informalidad.
DIARIO DEL HUILA, ENFOQUE
El auge de los creadores de contenido en Colombia dejó de ser una tendencia digital pasajera para convertirse en un motor cultural y económico. Música, humor, moda, educación, periodismo, videojuegos y emprendimiento encontraron en plataformas como YouTube, TikTok, Instagram y Twitch un espacio para crecer y llegar a millones de personas. Sin embargo, ese crecimiento vertiginoso ha estado marcado por la informalidad: contratos ambiguos, ausencia de seguridad social, falta de regulación en la publicidad y poca protección para los menores de edad que consumen y producen contenido.
Ese vacío es precisamente el que busca llenar el proyecto de Ley 395 de 2025, radicado en el Congreso de la República y liderado por el jurista Juan Sebastián Giraldo, uno de los voceros más visibles del ecosistema de creadores digitales. La iniciativa representa un paso clave en el reconocimiento de la creación de contenido como una actividad laboral formal y en la construcción de un marco jurídico moderno que acompañe a esta industria en expansión.
Reconocimiento laboral y dignidad para los creadores
El articulado propone medidas que van mucho más allá de regular métricas o contratos. En su núcleo, la ley plantea el reconocimiento jurídico-ocupacional del creador digital como trabajador cultural y económico. Eso implica modelos de contratación justa y transparente, un régimen tributario y de seguridad social adaptado a la economía digital y reglas claras frente a prácticas como el fraude de audiencias con seguidores falsos o la manipulación de estadísticas.
Giraldo lo resume en una frase: “No se trata de limitar la creatividad, sino de garantizar condiciones dignas y reglas simétricas para todos los actores del ecosistema”.
De esta manera, el creador de contenido dejaría de ser visto como un “influencer” aislado y pasaría a ser un actor reconocido del sector cultural y económico, con derechos y deberes, acceso a seguridad social y mayores garantías frente a las marcas y plataformas.
Protección a menores y lineamientos éticos
Uno de los capítulos más extensos del proyecto está dedicado a la protección de niñas, niños y adolescentes en entornos digitales. Allí se contemplan medidas como reforzar la privacidad de cuentas de menores, etiquetar contenidos con advertencias de edad, limitar la publicidad dirigida y crear “modos escolares o nocturnos” que reduzcan el consumo compulsivo de pantallas.
La corresponsabilidad será un principio clave: plataformas, anunciantes y creadores deberán asumir compromisos conjuntos para garantizar un ambiente más seguro. Esto responde a una preocupación creciente por los efectos de la sobreexposición digital en menores, un debate presente en varios países del mundo y que en Colombia empieza a tomar fuerza.
Impacto económico y proyección internacional
Más allá del componente social y cultural, el proyecto tiene profundas implicaciones económicas. Formalizar el trabajo de los creadores digitales podría atraer mayor inversión publicitaria, dar mayor confianza a las marcas y permitir trazabilidad en los contratos con agencias y plataformas.
La creación de contenido dejó de ser un pasatiempo: es hoy un engrane fundamental de la economía naranja. Según expertos, la implementación de contratos transparentes y estándares antifraude podría traducirse en un mayor flujo de capital hacia el sector, fortaleciendo empleos indirectos en áreas como producción audiovisual, diseño, gestión de comunidades o analítica de datos.
Colombia, de aprobar esta ley, podría proyectarse como un hub regional en economía digital, atrayendo empresas y talentos internacionales interesados en un entorno regulado y seguro.
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Mesas técnicas y consensos
El camino hacia la aprobación de la Ley 395 contempla la realización de mesas técnicas y audiencias públicas con representantes de diversas disciplinas. La idea es construir un marco que refleje la diversidad cultural y territorial del país, recogiendo las voces de músicos, docentes, periodistas, deportistas, humoristas, gamers y emprendedores digitales.
En estas discusiones se abordan tres frentes principales:
- Definiciones y alcances de la actividad de los creadores.
- Relaciones contractuales y garantías laborales y tributarias.
- Lineamientos éticos con énfasis en la protección de audiencias.
Retos y desafíos
Aunque el proyecto genera optimismo, también abre interrogantes. El principal reto será lograr un equilibrio: diseñar reglas que promuevan la formalización sin sofocar la creatividad ni frenar el dinamismo de la industria digital.
Los creadores temen que una regulación excesiva limite su libertad, mientras que las plataformas buscan claridad jurídica para operar sin sobrecarga de responsabilidades. Por eso, el desafío del legislador será encontrar un punto medio donde la innovación conviva con la responsabilidad social y el respeto a los derechos laborales.
El proyecto de Ley 395 de 2025 busca dar un salto del “like” a los derechos. No solo pretende ordenar un sector que hasta ahora ha funcionado bajo la informalidad, sino que aspira a consolidar un ecosistema donde la creatividad sea reconocida como un activo nacional respaldado por un marco legal moderno.
De aprobarse, Colombia marcaría un hito en la región: sería uno de los primeros países en formalizar el trabajo de los creadores digitales, garantizando condiciones dignas y proyectando al país como referente de regulación en la economía digital.
Como lo resumió Juan Sebastián Giraldo: “La creatividad es un activo nacional. La ley debe acompañarla con reglas justas, protección efectiva y oportunidades reales en todo el territorio”.

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