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Contraloría revisó obras del Módulo III del Hospital de Neiva

Oct 20, 2025

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Con un parte de tranquilidad, la Contraloría General, llamó al orden, la tranquilidad y al respeto por el debido proceso, tras inspeccionar el proyecto de construcción y reforzamiento estructural del Módulo III que se ejecuta en el Hospital Universitario de Neiva. La obra, tiene una inversión cercana a los 4.200 millones de pesos y causó polémica su demolición.

Por: Francy Villarreal Ruiz.

La inspección tenía como objetivo ofrecer un reporte de tranquilidad sobre el avance de la obra, valorada en unos 4.200 millones de pesos, ante posibles preocupaciones sobre anomalías y sobrecostos.

El vicecontralor Carlos Mario Zuluaga Pardo explicó que los reajustes y rediseños en la estructura, fueron necesarios debido a una falla estructural identificada durante el desarrollo del proyecto, un procedimiento que consideró habitual en obras civiles de esta magnitud.

Además, Zuluaga Pardo enfatizó la importancia del debido proceso y señaló que cualquier auditoría para determinar irregularidades o sobrecostos solo puede realizarse una vez que la obra haya sido liquidada.

Finalmente, el gerente del hospital indicó que el proyecto tiene un avance del 80% y que todos los cambios se han gestionado legalmente para cumplir con el objeto contractual.

El centro asistencial y el contratista presentaron un informe detallado del contrato.

Parte de tranquilidad

Un parte de tranquilidad del avance de la obra y ante posibles anomalías entregó el vicecontralor General de la República, tras inspeccionar el estado de las obras del proyecto de construcción y reforzamiento estructural del Módulo III del Hospital Hernando Moncaleano.

Se trata de un proyecto en desarrollo en el antiguo bloque de la institución de salud, adjunto a la torre principal, donde funcionaban las calderas, el servicio de nutrición y la unidad cardiovascular, con inversión cercana a los 4.200 millones de pesos; una obra que hace unos meses generó polémica en la ciudad, al señalar que representaba graves riesgos financieros para el centro asistencial.

Destacó el vicecontralor que la obra ha tenido seguimiento permanente de la Contraloría General, y que los ajustes y rediseños realizados obedecen a decisiones técnicas necesarias para garantizar la seguridad estructural del edificio.

“Durante el desarrollo del proyecto se produjo una falla estructural que obligó a replantear el ejercicio inicial de construcción. Al rediseño en la fase inicial y hoy se encuentre en etapa de adecuación. Hemos hecho un recorrido y una inspección general de la obra y el avance físico va en marcha”, aseguró Zuluaga, tras reunión con la gerencia y personal directivo del Hospital.

El pasado mes de abril la obra, denunció varias anomalías, que en esta oportunidad fueron respondidas por el vocero de la Contraloría General.

Cambios y rediseños

Explicó el vicecontralor que los cambios y rediseños en obras civiles de esta magnitud son procedimientos habituales, cuando se identifican condiciones técnicas o estructurales que requieren actualización.

Y agregó que dichos procesos están contemplados dentro del marco legal vigente. Lo realizado en esta obra no es único ni particular, y corresponde a características propias de las obras civiles

“Las obras civiles, desafortunadamente en algunos casos, se tienen que replantear a mitad del diseño. En la fase de demolición se puede hallar fallas estructurales que obligan a cambios. Es decir, no es una novedad que en la fase de construcción sea necesario hacer un rediseño o se deba atender situaciones exógenas que impliquen modificaciones, la aplicación de nuevos recursos o el desarrollo de un Otro Sí”, explicó.

Destacó el vicecontralor que la obra ha tenido seguimiento permanente de la Contraloría General, y que los ajustes y rediseños realizados obedecen a decisiones técnicas necesarias para garantizar la seguridad estructural del edificio.

Vigilancia y control

El proyecto que se ejecuta con recursos propios cuenta con requerimientos que ha hecho la Contraloría General, trasladados a la Contraloría Departamental, encargados de verificar el desarrollo y realizan auditorías regulares, propias de su ejercicio.

Y respondió que ante una posible indagación por sobrecostos será un tema de revisión una vez la obra termine y se liquide.

“Este es un ejercicio de vigilancia en la etapa de ejecución. Aquí lo que hay que tener claro es que luego la Contraloría, sea la Departamental o la General de la República, tendrán que adelantar una auditoria especial para determinar que esas actualizaciones administrativas desarrolladas a través de Otrosí, que incluyen, amplían o modifican valores, tiempos y cantidades de obra, se hayan ejecutado de acuerdo con la reglamentación vigente y acorde a las modalidades de modo, tiempo y lugar”.

La inspección tenía como objetivo ofrecer un reporte de tranquilidad sobre el avance de la obra, valorada en unos 4.200 millones de pesos, ante posibles preocupaciones sobre anomalías y sobrecostos.

Los tiempos de la obra

Sobre el tiempo necesario, manifestó que esa verificación es posterior; “Es decir, hoy no se puede tener un dictamen ni de la Contraloría Departamental, ni de la General de la República, de haber existido una supuesta irregularidad o un sobrecosto de la obra, salvo que sea un hecho abrupto o bastante llamativo”.

El vicecontralor, quien estuvo acompañado por el Contralor Departamental, Andrés Felipe Vanegas, el gerente del Hospital, Juan Diego Fierro, el gobernador encargado Juan Carlos Casallas, miembros de la junta directiva de la institución y veedores en salud, recalcó la importancia del seguimiento y acompañamiento ciudadanos que han tenido las obras en el Moncaleano.

Se espera que, aunque se hace vigilancia y control continuo, en 2026 se realicen las auditorías correspondientes o a que haya lugar.

Debido proceso

Ante quejas, reparos y denuncias, el funcionario enfatizó que los únicos autorizados para establecer en obras del Estado sobrecostos o anomalías son los supervisores o los interventores, quienes actúan en su representación. Por eso, llamó al orden y la tranquilidad frente a la ejecución, asegurando que todo tiene un debido proceso:

 “Uno entiende las dinámicas sociales y políticas que hay en las regiones, Y la preocupación de los ciudadanos para que una obra no tenga sobrecostos ni quede parada. Pero, también hay que llamar al orden sobre que hay un debido proceso para establecer cuando existe o no una irregularidad en la ejecución de un contrato”.

Destacó que, en este caso, “El control que hacen los organismos de control es posterior y selectivo. Es decir, solamente cuando se liquide una obra se puede establecer responsabilidad, si el contratista autorizó un pago que no debía; si la obra costó o se invirtieron más recursos de los que se debía. Porqué a una obra que no se ha liquidado ¿cómo se le establece un sobrecosto?”.

Gerente del Hospital de Neiva Juan Diego Fierro Oliveros, señala que el proyecto social tiene un avance de trabajo del 80%.

Avances de la obra

De acuerdo con el gerente del Hospital de Neiva Juan Diego Fierro Oliveros, el proyecto social tiene un avance de trabajo del 80%.

Agregó además, que en la actualidad se adelantan actividades de instalación de tubería sanitaria en el segundo nivel y armado de estructura para formaletas de vigas de entrepiso en el segundo nivel de la escalera de emergencia.

“Todo el proceso de construcción se ha estructurado con base en los procedimientos técnicos que hace cumplir la interventoría y el área administrativa de la entidad. Los inconvenientes que se han presentado se han solventado para poder dar cumplimiento al objeto del contrato y estar dentro de los parámetros establecidos en las condiciones contractuales que son de público conocimiento”, puntualizó.

Cambios en las obras

Por su parte, el jefe de la Oficina de Contratación del Hospital, Tomás Murcia Olaya, dijo que los cambios han consistido en variar las menores y mayores cantidades de obra y agregar algunos ítems no previstos a través de modificaciones permitidas y autorizadas por la ley, en el marco del respeto al cumplimiento del objeto contractual.

Las menores y mayores cantidades de obra han sido necesarias porque el proyecto sufrió un hecho de fuerza mayor, el cuál ocasionó un colapso de parte de la edificación, lo que llevó a la interventoría a verificar la resistencia de la estructura, explicó.

“Por esta razón se desmontó gran parte de la edificación, lo que conllevó a que el componente de reforzamiento disminuyera frente al inicialmente estructurado. Sin embargo, durante toda la ejecución del contrato los dos componentes se han mantenido”, precisó para aclarar cualquier duda.

La demolición del Modulo, generó polémica luego que se denunciara el proceso.

Las presuntas irregularidades de la obra

El pasado mes de abril, se conoció la denuncia que el Hospital Universitario de Neiva contrató el reforzamiento estructural del Módulo III, un bloque de tres pisos remodelado en 2022, después de un largo proceso de dos años.

Sin embargo, los contratistas decidieron demoler el módulo, una acción que, según la denuncia, violó la licencia urbanística otorgada por la Curaduría Segunda de Neiva.

La directora de la construcción durante la fase precontractual y ejerció la supervisión técnica especializada, denunció graves irregularidades técnicas, administrativas y éticas en la ejecución del proyecto. El eje central del proyecto era el reforzamiento estructural, no el desmantelamiento total del edificio.

Para encubrir las irregularidades, según la información publicada, modificó el objeto contractual, cuyo eje central era el reforzamiento estructural avalado por la Secretaría de Salud desde 2023. Esta modificación se disfrazó con un «Otrosí» que ajustaba mayores y menores cantidades de obra, lo cual violó no solo la licencia urbanística sino también el estatuto de contratación, ya que la naturaleza de un contrato no puede cambiarse con un otrosí.

También se señaló, que los fondos destinados al reforzamiento se gastaron en otras obras, incluyendo la demolición. Lo que originalmente costaba $2.944 millones de pesos, terminará costando al menos $8.000 millones de pesos o más.

El Módulo III según se expuso, fue desmantelado de forma precipitada, usando herramientas de gran impacto e incluso un buldócer, quedando toda la edificación reducida a escombros. La demolición se realizó violando la licencia y el protocolo establecido.

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